Los ramplones son pequeñas piezas metálicas que se insertan en las herraduras de los caballos para evitar que resbalen en terrenos como hierba, barro o incluso hielo.
Son habituales en disciplinas como el Salto o el CCE, y su diseño y tamaño varían según la disciplina y el tipo de suelo. No obstante, su objetivo principal es siempre ofrecer seguridad y estabilidad al binomio.
Es importante utilizar los ramplones únicamente cuando sean necesarios, ya que un uso excesivo o inadecuado puede causar incomodidad o incluso lesiones al caballo. Por ello, es fundamental analizar las características del terreno y las necesidades específicas de la disciplina antes de emplearlos.
Para colocarlos, las herraduras deben estar previamente preparadas con agujeros roscados que permitan enroscar y desenroscar los ramplones con facilidad. Es recomendable llevar siempre la llave específica para ajustarlos y revisarlos antes de cada uso.
Tras su uso, es esencial retirarlos y limpiar los agujeros roscados de las herraduras para evitar la acumulación de suciedad o humedad, lo que podría oxidarlos y dificultar su futura colocación.
En caso de que los ramplones estén desgastados o dañados, lo mejor es sustituirlos por unos nuevos para garantizar su efectividad.
-Redacción por Cristina Prado-
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