La visión de los caballos despierta curiosidad. Poseen una percepción visual única que ha evolucionado para adaptarse a su entorno y estilo de vida. A continuación, te contamos algunas curiosidades sobre ella.

Visión panorámica
Los caballos tienen una visión panorámica excepcional. Sus ojos se ubican en los lados de la cabeza, lo que les otorga un campo visual amplio de casi 350 grados. Esta disposición les permite detectar movimientos y peligros potenciales desde distintos ángulos, lo que resulta de su instinto de presa en su hábitat natural.

Visión binocular
Aunque su visión periférica es extraordinaria, los caballos tienen un campo visual binocular limitado. La zona de superposición en la visión de ambos ojos es pequeña, aproximadamente 65 grados. Esta área estrecha les proporciona la percepción de profundidad y les ayuda a juzgar la distancia al saltar o al moverse en terrenos difíciles.

Visión nocturna
Los caballos tienen una visión nocturna sorprendentemente eficiente. Si bien no pueden ver en la oscuridad completa, poseen una mayor sensibilidad a la luz que los humanos. Los ojos equinos tienen una capa reflectante llamada tapetum lucidum, que amplifica la luz disponible en entornos de baja luminosidad, mejorando su visión nocturna.

Sensibilidad al color
A diferencia de la creencia popular, los caballos no ven el mundo en blanco y negro. Su visión del color es limitada en comparación con la de los humanos. Se cree que pueden distinguir entre ciertos tonos y matices, principalmente en la gama de azules y verdes, pero no tienen la misma percepción de la riqueza cromática que tenemos nosotros.

Sensibilidad a los movimientos
Los caballos tienen una notable capacidad para detectar movimientos sutiles. Su agudeza visual les permite notar incluso los más mínimos cambios en su entorno. Esto los hace muy sensibles a su alrededor.

Adaptación a la velocidad
Su visión está adaptada para altas velocidades. Mientras galopan, los caballos pueden cambiar rápidamente su enfoque visual para mantenerse al tanto de su entorno, lo que les permite reaccionar a obstáculos o peligros potenciales a tiempo.