En invierno, un problema muy habitual en los caballos es que les aparezcan arestines en las manos y pies debido a la humedad y al frío que no permite que el pelo se seque rápido.
El arestín es un eczema o psoriasis de las falanges que afecta a las zonas del menudillo y talones. Para entendernos, son unas grietas que se producen mayormente en la parte posterior del menudillo y que, con el trabajo en pistas arenosas, sobre todo en invierno, esas heridas abiertas se llenan de pequeños cristales de sílice, que hacen el juego normal de la articulación extremadamente doloroso.
La exposición reiterada a la humedad, sudor, barro y suciedad es causa que predispone a éste trastorno que como decimos es bastante molesto para el animal y puede resultar extremadamente doloroso. Además pueden presentarse infecciones fúngicas o bacterianas secundarias.
La solución para curar los arestines
Para lograr la curación, la zona debe limpiarse cuidadosamente, cortando el pelo largo y eliminando la piel ulcerada. El tratamiento habitual es con pomadas y antibióticos, también con polvo de carbón activado que seca. Un producto que va fenomenal y rápido es el BALSAMO DE WARENDORF porque forma una película que impide que los insectos depositen allí sus huevos y mantiene la costra flexible de forma que la grieta cierra y cicatriza correctamente de dentro hacia fuera, al tiempo que no “tira” produciendo molestias.
Además de para los arestines, este bálsamo es especialmente bueno para heridas y rozaduras, logrando que el pelo crezca de nuevo en tiempo récord, viendo la mejora con tan solo 1 día de uso. Este gran producto solo lo puedes encontrar en Lupa Ibérica, en 3 tamaños distintos: 100ml, 250ml y 500ml.
Es un producto indispensable que debería tener cualquier armario hípico.
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