Llega el verano y con él una época en la que nuestros caballos experimentan problemas en la piel, todo esto debido a las altas temperaturas y la exposición al sol.
Uno de estos problemas es el eczema de verano o como mejor se conoce la dermatitis equina estival, es una reacción alérgica estacional, producida por la picadura de insectos y que se da en todas las razas de caballos. Entre sus síntomas se encuentra el picor intenso lo que lleva al caballo a rascarse e incluso morderse, produciendo así la perdida de pelo, descamación y lesiones que, sin un correcto tratamiento, pueden llegar a empeorar.
Para prevenir esto se recomienda mantener una buena higiene en el animal y su entorno, para ello se debe mantener el establo limpio para reducir la presencia de los insectos, retirar a diario los excrementos, usar repelentes y champús adecuados para la piel de nuestros equinos y todo ello, como siempre, asesorados por un veterinario.
Otro de los problemas más graves es la exposición solar, ya que puede producir graves quemaduras en la piel de nuestros animales. Para evitar esto se recomienda siempre mantener bien hidratados a nuestros caballos, evitar las horas de alta exposición solar, buscar siempre que estén en zonas de sombra, ya sea en una pista cerrada o zonas donde abunden árboles; también se recomienda el uso de mantas refrigerantes, sobre todo si el pelaje de nuestro equino es oscuro. Y como no, el uso del protector solar, sobre todo en las zonas más sensibles como lo son la nariz y las orejas.
En resumen, para sobrevivir al verano, una buena hidratación, protegerlos de la exposición solar, cuidar su entorno y su higiene y siempre que sea necesario, utilizar los productos adecuados para prevenir y protegerlos de cualquier problema.
Fotografía de Rejs80 en Pixabay.
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