Esta raza proviene de Holstein, una región en Alemania. Es reconocida como una de las razas de sangre caliente más antiguas y distinguidas a nivel mundial, teniendo sus comienzos en el siglo XIII.
Con una trayectoria que se remonta a más de 700 años, esta raza ha progresado desde sus modestos inicios como caballos de trabajo, hasta ser reconocidos como uno de los principales caballos competición a nivel mundial.
Los primeros caballos de esta raza se remontan al año 1225. Se criaron caballos fuertes en la región de Schleswig-Holstein durante la Edad Media, eran empleados en labores agrícolas y como caballos de combate. El primer conjunto de reglas oficiales de la raza fue creado por Christian I, conde de la región, en el período de 1460-1481.
Los criadores de Holstein incorporaban abundantemente otras líneas de sangre que pensaban que podían ayudar a crear el tipo de caballo que el mercado requería en ese momento. De esta manera, en los siglos XVI y XVII, la influencia de sangre española y napolitana fue crucial en la creación del holsteiner como un caballo de guerra en alta demanda en ese momento. Esto incrementó su capacidad y aguante. En el siglo XIX, debido a la industrialización y la demanda de caballos más adecuados para la equitación, los criadores empezaron a mezclar Holsteiners con purasangres ingleses y otros caballos de deporte europeos, incrementando sus capacidades atléticas.
En la actualidad, los Holsteiners se destacan por su equilibrada y elegante apariencia. Por lo general, su estatura oscila entre 1,63 y 1,73 metros. Poseen un cuello arqueado y musculoso, una cruz alta, una grupa robusta y extremidades largas y bien desarrolladas. Las capas más usuales son castaño y negro.
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