Tratando de comprender mejor la vida y sociedad de los caballos salvajes Przewalski, un estudio reciente ha utilizado drones para monitorear una manada de casi 300 ejemplares en peligro de extinción. Estos caballos, conocidos científicamente como Equus Przewalskii, son los últimos caballos salvajes que existen en su forma natural, originarios de Mongolia, China y Kazajistán.
El estudio se lleva a cabo en el Parque Nacional de Hortobágy, en Hungría, donde investigadores de la Universidad Eötvös Loránd y de la Universidad de Debrecen han implementado el uso de drones para rastrear y observar a estos animales. Los drones permiten obtener información detallada sobre los sistemas sociales y el comportamiento de los caballos sin interferir en su vida diaria.
Los científicos emplean dos drones: uno que se acerca a la manada para observaciones cercanas y otro que sobrevuela la zona para proporcionar una visión más amplia. Según Máté Nagy de la Universidad Eötvös Loránd, esta tecnología permite un análisis profundo de los patrones de movimiento y las interacciones dentro de la manada.
«Los caballos de Przewalski se mueven en grupo, formando harenes y lazos familiares que se coordinan para desplazarse juntos», explica Nagy. En los últimos años, estos harenes se han unido para formar una gran manada, manteniendo su individualidad mientras se mueven en conjunto.
Los drones han demostrado ser una gran herramienta para captar interacciones sutiles y dinámicas sociales complejas que serían difíciles de observar con métodos tradicionales.
A pesar de haber sido extinguidos en su hábitat natural, los caballos Przewalski han sido reintroducidos gracias a programas de cría en cautividad, aumentando su población a aproximadamente 2,000 ejemplares. Los 278 caballos del Parque Nacional de Hortobágy pueden ser una futura liberación a la naturaleza.
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