Adaptar la rutina de ejercicio del caballo a medida que envejece es crucial para mantenerlo en forma sin sobreesfuerzos. El objetivo principal es mantener al caballo en movimiento y flexible además de tener en cuenta sus nuevas necesidades

– Limitaciones de movilidad: Es esencial que un veterinario examine a tu caballo para comprender sus limitaciones de movilidad según va envejeciendo. Esta evaluación clínica permitirá ver las diferentes opciones de ejercicio que tenéis.

– Pasear: El paseo puede convertirse en la base de su rutina, con sesiones cortas y frecuentes. Por ejemplo, tres paseos de 30 minutos a la semana son más beneficiosos para él física y mentalmente que un paseo de dos horas una vez por semana.

– No hay razón para renunciar al trabajo en pista: Al igual que nosotros, los caballos pueden tener días buenos y no tan buenos. Si se siente rígido, puedes realizar actividades como estiramientos, trabajo lateral, círculos de diferentes tamaños y cambios frecuentes de mano para mantener la flexión. Mantener la flexibilidad es algo igualmente crucial.

– Ejercicio suave: Incluso una sesión de trabajo suave al paso es beneficioso. Mejora la circulación y ayuda a mantener sanos los huesos, tendones y ligamentos, algo que no lograría estando parado en el campo. Si quieres variar, puedes trabajar con tu caballo pie a tierra, pero evita ejercicios de trote o galope en círculos pequeños, ya que podrían ser contraproducentes. El ejercicio junto con una dieta adecuada ayudará a prevenir la obesidad y problemas metabólicos relacionados.

– Introducir barritas en el suelo durante el entrenamiento es una excelente manera de mantener la mente de tu caballo activa, ayudándolo a pensar y mantener la movilidad en sus articulaciones.

Ante todo, siempre se ha de tener en cuenta las limitaciones físicas del caballo. Es muy recomendable que antes de hacer un plan de entrenamiento consultes con tu veterinario.

Fuente: FEI