Cuando salimos de paseo a caballo, es posible que nos encontremos con terrenos variados, incluyendo desniveles como ascensos, descensos, banquetas o caídas. En cada situación, debemos adaptar nuestra posición para ayudar al caballo a mantener el equilibrio y realizar el esfuerzo de forma segura y eficiente.

Ascensos:

Durante los ascensos, el caballo realiza un gran esfuerzo con sus posteriores. Para ayudarlo, debemos aligerar el peso sobre sus riñones. La mejor posición consiste en elevarnos ligeramente sobre los estribos, manteniendo el tronco lo más recto posible. Si la pendiente es muy pronunciada, podemos inclinarnos ligeramente hacia adelante y sujetarnos de las crines para mayor estabilidad, pero sin tirar de ellas.

Descensos:

En los descensos, nuestro tronco debe permanecer vertical y los pies firmemente apoyados en los estribos, con los talones bien hacia abajo. Para mantener el equilibrio y evitar golpear la boca del caballo con las riendas, podemos adelantar ligeramente las manos y apoyarlas suavemente a la altura de la cruz, sin ejercer presión. Es importante mantener las riendas con un contacto suave pero firme.

Ascenso de banquetas:

Para facilitar el ascenso de una banqueta, debemos adoptar una posición de suspensión ligera, elevándonos suavemente sobre los estribos permitiendo que el caballo ajuste su centro de gravedad y utilice sus posteriores con mayor eficacia para impulsarse hacia arriba. Es crucial no obstaculizar los movimientos del caballo. Debemos mantener un contacto suave con las riendas, permitiéndole extender el cuello y colocar las anteriores correctamente antes de apoyar las posteriores. Evita inclinarte excesivamente hacia adelante, ya que esto podría desequilibrar al caballo.

Descenso de banquetas:

A la hora de descender una banqueta, nuestro cuerpo debe estar recto y los pies firmemente apoyados en los estribos, con los talones hacia abajo propocionándonos estabilidad y control. Debemos ceder ligeramente las riendas para permitir que el caballo estire el cuello y vea dónde pisa, pero manteniendo siempre un contacto suave para evitar que se desboque. Es importante no inclinarse hacia adelante ni hacia atrás, manteniendo el equilibrio y acompañando el movimiento del caballo. Un error común es tensar las riendas en el descenso, lo que puede dificultar el equilibrio del caballo y provocar que tropiece.

Los fosos:

Los fosos son obstáculos que consisten en una zanja o hueco en el terreno, que los caballos pueden saltar incluso desde el paso. Para ayudar al caballo y asegurar un salto limpio y una recepción suave, el jinete debe adoptar una posición de suspensión durante el salto, manteniendo el contacto con la montura. El agarre a la crin sólo debe utilizarse como recurso de emergencia ante un salto inesperado o brusco.