La inteligencia de los caballos ha sido estudiada durante muchos años. Aunque no se les considera tan inteligentes como los primates, los caballos muestran una notable inteligencia en su propio contexto.
Estos animales son altamente perceptivos y sensibles a su entorno. Tienen una gran capacidad de aprendizaje y pueden ser entrenados para llevar a cabo una variedad de trucos, movimientos, etc. Su memoria a largo plazo es sobresaliente, especialmente en lo que respecta a recordar lugares o situaciones que les hayan causado estrés.
Los caballos también tienen una aguda percepción auditiva; son capaces de reconocer sonidos y voces familiares desde distancias considerables. Su visión es igualmente impresionante, con un campo visual casi panorámico de 360 grados debido a la posición de sus ojos a los lados de la cabeza, aunque tienen un punto ciego directamente frente a su nariz.
En términos de resolución de problemas, los caballos pueden superar desafíos, aprendiendo a abrir puertas, desatar nudos y realizar otras tareas que requieren cierto grado de destreza.
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