Yeguada ‘es desig’ ha barajado mucho tiempo establecerse donde se concentra gran parte de la cría de caballos de salto; el norte de Francia, junto a sus países vecinos, Bélgica, Holanda y Alemania. No sólo gran parte, sino también la mejor.

Finalmente, tras ver pros y contras, y diversas alternativas, pasó por el norte de España para finalmente ir a parar a donde van a parar últimamente muchos proyectos punteros: Madrid. Y más concretamente, Colmenar Viejo.

¿Por qué? Por su presente, y por su futuro. España tiene las mejores competiciones de caballos jóvenes en Europa, y Madrid ofrece también opciones de competición prácticamente cada semana. Esta cercanía es fundamental para el desarrollo de los caballos jóvenes. El escaparate internacional que tenemos en Vejer de la Frontera, Oliva y Valencia, son el remate perfecto para la competición y comercialización de los mejores ejemplares.

El proyecto de cría de ‘es desig’ se basa en 12 de las mejores líneas de cría del mundo. Como dicen los que saben, doce líneas lideradas por las mejores madres de caballos de salto. Desde su favorita, “Ueleme”, pasando por las líneas “Qerly Chin”, “Usha”,” Ta belle”, “Sitte”, “Femke”, “Fragance” y así hasta doce.

Siendo siempre buenos todos los seleccionados, siempre entre los mejores del mundo, los sementales no son lo más recordado de los cruces que la yeguada hace. Si hablamos con ellos, se transmite la emoción explicando la suerte de tener al primer intento una nieta de “Fragance”, o una de “Ta Belle”, una hija directa de “Panamá”, más líneas de “Ueleme” aparte de “Top Lulú”… pero muchas de las veces el padre no se recuerda del todo. O hay que preguntarlo para que lo nombren.

Maravilloso protagonismo de las hembras en este ambicioso proyecto de cría.

La aparición de un ranking objetivo de las mejores madres de cría del mundo sorprendió hace cinco años a la familia Verdú viendo a la madre de su yegua, “Top Lulú”, arriba del todo, en la primera posición.

Allí explotó su vena competitiva y decidieron que, si ya tenían a la mejor hija de “Ueleme”, la número uno entonces, ahora tocaba ir a por la dos, la tres, la cuatro… hasta donde llegaran sus posibilidades y sus nulos contactos.

Así empezó una laboriosa búsqueda de varios años, aprovechando las nuevas técnicas de reproducción y la accesibilidad que ello daba a algunas grandes líneas, en especial las existentes en Bélgica.

La primera subasta de embriones congelados en Europa ya trajo a ‘es desig’ dos primeros ejemplares. Por cierto, perdidos. Porque la cría no es dura; es cruel. Pero el equipo de Yeguada ‘es desig’ es tenaz, y algo inconsciente, supongo.

Así, de subasta en subasta, y desarrollando buenos contactos en Europa, se fueron completando esas doce líneas buscadas. Y de ellas llenan sus prados maravillosas hembras, aún de edades tempranas. Porque la cría, además de cruel, es lenta. Muy lenta. Sólo su primera generación está justo ahora criando sus propios ejemplares.

No todo han sido hembras. La estadística juega su papel en la cría, o en eso se basa también este proyecto. Así que hay preciosos machos galopando por los prados, a la espera de ser desarrollados en el deporte, junto a sus hermanas, primas, sobrinas, nietas y demás amistades de prado.

El objetivo es contribuir, como otros, en la evidente mejora del nivel de cría en España, y aportar a sus jinetes los mejores ejemplares que se puedan desarrollar.

El equipo de jinetes de la yeguada es llamativamente joven, como parte de las convicciones de su responsable. Aquí se apuesta por los jóvenes con talento y, sobre todo, con ganas de trabajar y aprender.

Ellos podrán disfrutar de este compañero de competición, y llevarlo a las máximas alturas. El objetivo no es sólo comercial. Comercializar alguno es sólo la vía para sostener el objetivo principal que motiva este proyecto: desarrollar una especie de escudería de competición. Un equipo donde sus jinetes puedan disfrutar de los mejores medios para destacar internacionalmente.

No se trabaja para un jinete puntero. Se pretende que todo aquel del equipo que tenga talento lleve sus caballos desde potro hasta el máximo nivel que el binomio permita.

Su principal responsable, Jose Verdú, explica que su gran ilusión sería ver un día competir en el equipo nacional cuatro caballos de la yeguada representando a España en una copa de naciones. Enseguida añade que no le importa si hay que ir hasta el país más remoto para que le dejen copar todas las plazas, pero esa sería una señal de éxito del proyecto.
Curioso que no sea llevar un ejemplar a las Olimpiadas, que sin duda es una meta siempre. Sino que el objetivo lo protagonicen los cuatro jinetes que han trabajado esos caballos hasta llevarlos a ese nivel. Es un objetivo pensando en su equipo.

Como suele explicar, es muy probable que el proyecto sea duro, como ya lo ha sido hasta ahora. Pero espera que más gente entusiasta se preste a colaborar y hacerlo posible. Entre mil comentarios sobre la imposibilidad de tener éxito en la cría en España, espera que algunos golpes de suerte puedan desmentir este repetido presagio. Y, sobre todo, más gente se anime a hacer lo mismo, buscando siempre los mejores orígenes genéticos posibles.

Seguramente Francia o Bélgica, en donde localizaron zonas fantásticas para su proyecto, facilitaran más el éxito que buscan. Pero al final pudo más la tierra, y la idea que tienen de Madrid y su entorno, como un lugar que, a medio plazo, acabará siendo más protagonista en la competición internacional de saltos.

Una finca a la altura del proyecto será la base de la yeguada, en Colmenar Viejo. Un proyecto muy singular, de una calidad que no debería envidiar a semejantes en Europa, ha escogido ese lugar.

Los diseños de instalaciones, los prados que esperan a los animales, el paisaje, el respeto al entorno y el cuidado a sus animales, la bella simplicidad del complejo… Todo está diseñado para el éxito. Sólo están a falta de que las autoridades locales den el visto bueno para que el proyecto se complete y los ‘es desig’ empiecen a galopar por sus prados.

Para el mundo hípico Colmenar Viejo está de suerte. En unos años puede ser una localidad que jinetes y propietarios extranjeros sitúen en el mapa para venir a probar los caballos ‘es desig’.

Una buena comida en la zona, una visita a Madrid y alrededores, y un agradable rato en las laderas de la finca observando o probando esos preciosos animales para intentar descubrir cuál de ellos será un futuro campeón. Aquí, en Madrid. En las laderas de Colmenar Viejo.

Una referencia singular. Ojalá exitosa.