Yvonne Losos de Muñiz no es una amazona común: su historia está marcada por las distintas partes del mundo en las que ha residido, cultivando así una pasión que la ha catapultado hasta lo más alto del ámbito competitivo. Nacida en Nigeria, de padres de origen alemán y polaco, su vida siempre ha estado teñida de diversidad cultural y aventura. Aunque ha representado a la República Dominicana en grandes competiciones y eventos, como los Juegos Olímpicos, su historia comienza mucho antes, galopando entre cebras y antílopes en las vastas llanuras africanas.

De Nigeria a Kenia: una infancia entre animales salvajes
La historia de Yvonne comienza de manera poco convencional. Su familia se trasladó de Nigeria a Kenia por motivos laborales. Este entorno rural y exótico en África fue el escenario donde Yvonne dio sus primeros pasos, o más bien trancos, en el mundo hípico. Rodeada de naturaleza salvaje, comenzó a montar a caballo a los seis años. «Crecí montando entre cebras y animales en Masái Mara», cuenta Yvonne, quien recuerda que sus compañeros de clase en Canadá no creían las historias sobre su infancia africana.

Para Yvonne, la equitación era más que un pasatiempo: era una forma de vida. “Montábamos caballos que habían sido de carreras, y no eran los más tranquilos del mundo”, dice, describiendo cómo se ganaron el apodo de «Cowboys de Kenia». Entre los desafíos de montar en las planicies africanas estaba la constante presencia de depredadores. “La regla era no caerse, porque cualquier cosa te podía perseguir. ¡Fue una educación fantástica!», comenta entre risas.

De los caballos de carreras a la Doma Clásica
A medida que crecía, Yvonne tuvo que abandonar su sueño de ser jockey, por superar la estatura promedio de los profesionales de esa disciplina. Sin embargo, su pasión por los caballos no disminuyó, continuó en una disciplina diferente: el Salto de Obstáculos. Tras mudarse a Canadá y luego establecerse en la República Dominicana, donde conoció a su marido, su perspectiva sobre la equitación tomó un giro más serio. A pesar de que al principio montaba solo por diversión, la competitividad natural de Yvonne pronto la llevó a participar en competiciones más formales. A esto se le añade que juntos comenzaron a criar KWPN de Salto y Pura Raza Española.

“Mi marido y yo decidimos tomárnoslo en serio”, cuenta. Con ese espíritu decidido, se volcó en la Doma Clásica, una de las disciplinas más exigentes y técnicas de este deporte, alejando el Salto de su enfoque, pero sin olvidarse de él. «Los últimos veinte años me he centrado en la Doma, pero siempre he sido muy competitiva. Si hago algo, no lo hago solo por diversión», subraya.

Representar a la República Dominicana en el escenario mundial
Aunque Yvonne nació en Nigeria y ha vivido en países tan diversos como Kenia, Canadá y Alemania, siempre ha representado a la República Dominicana a nivel internacional. “Representar a la República Dominicana es simplemente impresionante, increíble. Probablemente soy la amazona con más suerte del mundo», dice con orgullo. Yvonne ha llevado la bandera dominicana a lo más alto en múltiples ocasiones, destacando como la mejor amazona latinoamericana en el ranking de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) y logrando clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Su debut olímpico en Río fue un hito no solo para ella, sino también para la hípica dominicana.

Desde entonces, ha seguido cosechando éxitos en competiciones de talla mundial, incluidas sus participaciones en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y París 2024. Además, su rol como entrenadora internacional le ha permitido formar a nuevos talentos en diversos países, llevando su vasta experiencia a jinetes de todo el mundo.

A lo largo de su carrera, Yvonne Losos de Muñiz ha demostrado que no hay fronteras cuando se trata de perseguir un sueño. Su vida, marcada por la multiculturalidad, la ha convertido en una amazona global. Su legado e inspiración se encuentran tanto en sus logros a nivel deportivo como en la ayuda que brinda a nuevas generaciones de jinetes, demostrando que, con esfuerzo y determinación, los sueños pueden hacerse realidad.

Imagen de Andrea Rodríguez