En el mundo de la cría internacional, pocos caballos han logrado hacerse un nombre tan rápido como el caso de Vivino, ilustre semental que a sus apenas 8 años ya goza de gran prestigio.

Este hijo de Vivaldi, con orígenes que incluyen renombres como Dancier, Krack C y De Niro, ha sido admirado por su versatilidad, obteniendo en Dinamarca una impresionante puntuación de 880,0 puntos en la prueba de rendimiento para sementales. Sin embargo, a pesar de su temprana fama en la cría, el futuro de Vivino parece igualmente brillante en las pistas de Doma Clásica, bajo la monta del jinete internacional Alejandro Asencio, quien adquirió este prometedor caballo cuando tenía solo 5 años.

Asencio no buscaba a Vivino cuando lo encontró. Su intención era probar otro caballo, pero al subirse a Vivino, la conexión fue instantánea. «Lo probé y me encantó», recuerda Asencio. Vivino, aunque muy verde en su entrenamiento para aquel entonces, mostró cualidades que lo hacían único: «Es un caballo grande, con tres aires muy buenos, y una cabeza excepcional. Como semental premium, su demanda en el ámbito reproductivo era altísima».

El enfoque que se le había dado a Vivino hasta entonces había sido casi exclusivamente la reproducción, debido a su gran potencial como padre de futuros campeones. «Cuando lo compré, estaba bastante atrasado en su doma. Decidí empezar de nuevo con él, estar tranquilo e ir paso a paso», relata Alejandro.

Hoy, a sus 8 años, Vivino está puliendo los detalles de Gran Premio. «Ya está haciendo todos los ejercicios de Gran Premio, y de aquí a corto plazo empezaré a pistearlo y competirlo para intentar hacer una buena carrera deportiva para él», comenta con ilusión Asencio, quien ve en Vivino una apuesta segura para el futuro.

La pasión de Alejandro por Vivino es palpable. «Me encanta. Es un caballo que se concentra mucho en el trabajo, le gusta la pista, es muy positivo y tiene muchísima fuerza», describe con entusiasmo. «Creo que lo tiene todo: paso, trote y galope de 10. Es un espectáculo. Además, aprende rápido y yo estoy encantado con él».

El caballo, que ya ha demostrado sus cualidades para la cría, ahora busca demostrar públicamente que también es un caballo para Doma Clásica.

Sus hijos, algunos de apenas 3 y 4 años, ya están dando de qué hablar en la cría, demostrando ser buenos sementales y prometiendo grandes carreras. «Ya se están montando muchos de sus hijos, y está mostrando que como padre es un gran caballo», afirma Asencio. Sin embargo, el futuro de Vivino se centra en las pistas de competición. «Ahora tiene que demostrar que es un caballo de Doma Clásica y que es fantástico», añade con determinación su jinete.

«Creo que será una buena apuesta para el futuro», asegura.