El sector de la hípica, caracterizado por su dinamismo y diversidad de actividades, necesita trabajadores capacitados y comprometidos para garantizar el bienestar de los caballos y el buen funcionamiento de las instalaciones. Sin embargo, en ocasiones se subestima la importancia de que estos profesionales estén dados de alta en la Seguridad Social, ya sea como trabajadores por cuenta ajena o como autónomos. Esta afiliación no solo es una obligación legal, sino también una garantía de derechos fundamentales.
Estar dado de alta en la Seguridad Social proporciona a los trabajadores acceso a prestaciones como asistencia sanitaria, bajas por enfermedad o accidente laboral, y cotización para futuras pensiones. En un sector con riesgos físicos inherentes, como el manejo de caballos o las labores de mantenimiento, contar con cobertura ante eventualidades es esencial. Además, para los autónomos, el alta asegura el acceso a beneficios específicos y permite desarrollar su actividad de manera legal y regularizada.
Por otro lado, para los empleadores, cumplir con estas obligaciones evita sanciones legales y refuerza la profesionalización del sector, promoviendo un entorno laboral más ético y transparente. Esto mejora la imagen de las empresas y fomenta relaciones laborales más estables y justas.
La hípica no es solo una pasión, sino también un sector económico que exige responsabilidad y profesionalismo. Regularizar la situación laboral de sus trabajadores es una forma de protegerlos y de consolidar el crecimiento sostenible de esta actividad.
-Redacción por Cristina Prado-
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