El cierrabocas es una herramienta ampliamente utilizada en el mundo ecuestre, especialmente en disciplinas como la Doma Clásica, el Salto de Obstáculos y la equitación en general. Aunque su uso ha generado debates en la comunidad de jinetes y aficionados, lo cierto es que, cuando se emplea de manera responsable y adecuada, puede ser un recurso beneficioso tanto para el caballo como para el jinete.
Este dispositivo, diseñado para mantener la boca del caballo cerrada mientras lleva el bocado, tiene como principal objetivo mejorar la comunicación entre el animal y su jinete. Ayuda a que las señales transmitidas a través de las riendas sean más claras, evitando que el caballo pueda morder o rechazar el bocado, lo que podría interferir en su rendimiento o generar incomodidad durante el entrenamiento o la competición.
Sin embargo, el uso del cierrabocas requiere de un profundo conocimiento y sensibilidad por parte de quien lo utiliza. Es fundamental que esté bien ajustado para no causar dolor o lesiones en el caballo. Un cierrabocas demasiado apretado puede generar estrés, dificultar la respiración y afectar el bienestar del animal, mientras que uno mal colocado o demasiado flojo pierde su eficacia y puede incluso ser contraproducente.
Los expertos en equitación coinciden en que esta herramienta debe ser vista como un complemento y no como una solución a problemas de comportamiento. Un caballo que presenta resistencias al bocado o dificultades en su manejo requiere un análisis detallado de su entrenamiento, salud y equipamiento antes de recurrir al uso de un cierrabocas. En muchos casos, el problema puede residir en un ajuste incorrecto del bocado, molestias físicas o una falta de comprensión en la comunicación entre jinete y caballo.
Los beneficios del cierrabocas son claros cuando se emplea con criterio y respeto hacia el animal. No solo facilita una mejor conexión durante la monta, sino que también contribuye a la seguridad tanto del caballo como del jinete. Sin embargo, su uso debe ir acompañado de un enfoque ético y de un compromiso por garantizar el bienestar del animal en todo momento.
-Redacción por Cristina Prado-
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