El proyecto ‘Centauro’, dirigido por la Universidad de Lleida, ha destacado el papel fundamental de caballos, asnos y mulas en las economías y culturas prehistóricas del Valle del Ebro. Este estudio ha revelado su significativa contribución en áreas como el transporte, la producción y su valor simbólico mediante análisis detallados de huesos e isótopos estables.
La investigación reciente indica que nuestros caballos tienen un ancestro común que fue domesticado en las estepas pónticas hace unos 6200 años. Desde entonces, su versatilidad ha sido notable, participando en una variedad de actividades productivas. Además de su utilidad como animales de trabajo, los caballos también tienen un significado simbólico importante, siendo símbolos de prestigio y compañeros de viaje tanto en la vida cotidiana como en el más allá.
Centauro, un proyecto de investigación arqueológica liderado por la Universidad de Lleida y financiado por la Agencia Estatal de Investigación y la Fundación Palarq, tiene como objetivo evaluar el impacto de los équidos en el desarrollo de las economías prehistóricas de los valles interiores del Ebro. Este proyecto se centra en un área que ha proporcionado hallazgos arqueológicos excepcionales, evidenciando una intensa interacción entre humanos y équidos desde el Neolítico Final hasta la Edad del Hierro (2900 a.C.-50 a.C).
Colaborando con diversos arqueólogos/as e instituciones, incluyendo la Universidad de Barcelona, el Museo de Zaragoza y la Universidad de Zaragoza, Centauro analiza cientos de huesos de équidos de distintos yacimientos arqueológicos. A través de un enfoque innovador y multidisciplinario, este proyecto proporcionará una visión detallada de los procesos de introducción de nuevas especies, como el asno, y las primeras experiencias de hibridación.
Además, se explorarán los cambios en la gestión, la dieta y los patrones de movilidad de los équidos en el noroeste peninsular a lo largo de un extenso período de tiempo.
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