Hay un criterio unánime dentro del mundo del salto: Iván Serrano tiene un don especial a caballo, y éste además es adornado porque es una bellísima persona.
¿Es Iván de este planeta? Es capaz de montar 4 caballos en Santander por la mañana, arrancar con el camión a Gijón, ganar el Pequeño Gran Premio y casi hacer lo mismo en el Jump & Drive (se equivocó con el coche, pilota mejor a caballo), para después arrancar hacia casa nuevamente. Monta mil caballos al día, a todos los hace volar y encima es simpático
Además de montar como nadie y de hacer magia con caballos desahuciados si es necesario, es ese compañero de pista que siempre está dispuesto a ayudar, que siempre tiene una palabra amable y al que es muy difícil ver enfadado.
El otro día en la grada del Club Hípico Astur salió el tema del fatídico accidente que sufrió hace unos años, cuando se prendió fuego su camión volviendo a casa, después de haber ganado el Gran Premio de Hípica de Toledo.. Por sentido común, compañerismo y fruto de lo que ha sembrado durante años, no faltó en este mundo ecuestre nuestro quien no quisiera echarle una mano, quien no le ofreciera su ayuda. Gracias a Dios, se repuso rápido, volvió a las pistas, y un tatuaje con los nombres de los caballos que perecieron, es el recuerdo que nos queda de que la vida es impredecible y que hay que vivir el hoy porque nunca se sabe qué depara el mañana.
No cambies nunca, Iván, falta más gente como tú en este mundo nuestro.
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