El CSN3* San Julián de Cuenca no es solo uno de los concursos más antiguos y prestigiosos de España —este año celebra su 69.ª edición—, sino también una cita muy especial para jinetes como Albert Hermoso, olímpico en Río 2016 y habitual de esta pista.

“Cae en una fecha que a mí me viene muy bien para la preparación del final de temporada, ya que se celebra mes y medio antes del Campeonato del Mundo de Caballos Jóvenes de Completo”, explica Hermoso. Pero no es solo cuestión de calendario: “La organización y el comité organizador me hacen sentir muy cómodo: son dinámicos, siempre intentan solucionar problemas y, para mí, es un comité organizador excelente”.

Parte del encanto de Cuenca está en su historia y en cómo se vive. El concurso se celebra en plena feria de San Julián, con gradas llenas y un ambiente que, como dice Albert, “crea una atmósfera especial con el público. Creo que los caballos aprenden muchísimo, porque es un concurso con gradas y gran afluencia de espectadores. Por desgracia, en nuestro deporte no siempre es así: incluso en concursos muy importantes hay muy poco público. Aquí, al coincidir con ferias y apuestas, se concentra mucha gente, un público presente y atento, lo que genera una gran atmósfera”.

“El ambiente es una de las cosas más importantes. Los caballos entran a pista y se sienten observados, lo que les hace aprender mucho. Nosotros, los jinetes, también nos sentimos, en algunos momentos, ovacionados o mirados, y eso nos viene bien. Como deportistas de un deporte minoritario, es un auténtico gustazo”, añade.

Para Albert, Cuenca está llena de recuerdos. Uno de los más especiales ocurrió tras los Juegos Olímpicos de 2016: “Fue el primer concurso que disputé después de los Juegos. No me fue muy bien allí, pero aquí tuve una acogida fantástica por parte de todos, incluido el público”.

También hay espacio para las anécdotas: una caída sin consecuencias, su participación en el divertido Jump and Drive, o la edición en la que compitió bajo una tormenta y disfrutó mucho. “Siempre que vengo, me llevo algo para recordar”, confiesa.

El CSN3* San Julián de Cuenca no vive solo de su historia; cada año mejora sus instalaciones. “La pista está muy bien y mejora cada año. El jefe de pista la conoce bien y el material es excelente para educar a los caballos y competir. Creo que la iluminación es correcta y, sobre todo, ahora que la pista de calentamiento es cubierta, estamos mucho más cómodos. Además, las cuadras están cerca, lo que facilita todo”, señala Hermoso.

Si tuviera que quedarse con tres cosas, Albert lo tiene claro:
1. El comité organizador, “fabuloso” en su trato y profesionalidad.
2. El público conquense, con las apuestas, la feria y esa atmósfera especial.
3. La ciudad de Cuenca, con su gastronomía, su calidad de vida y su gente.

Con todo esto, no es de extrañar que, año tras año, jinetes de toda España (y también del extranjero) se den cita en el Recinto Ferial la Hípica, donde se miden en pruebas de 1.20 m a 1.40 m y disfrutan de un concurso en el que tradición, calidad y ambiente van de la mano.