Hace unos días atrás falleció Carlos Molina Lamothe (Sevilla, 1955), jinete, empresario y alma mater de la tienda Arcab, referente durante décadas del mundo ecuestre andaluz. Su legado va mucho más allá de lo comercial: fue un apasionado del caballo, con una habilidad especial para domar potros jóvenes, especialmente los de la exigente yeguada Beca, a los que lograba preparar en apenas un mes para salir a concurso.
Carlos fundó Arcab en 1976 junto a su padre Emilio Molina Moreno. El nombre surgió de la combinación de Artillería (AR) y Caballería (CAB), en honor a sus raíces militares. Sin embargo, pronto dejó el negocio en manos de su hermana Carmuca y orientó su carrera hacia el mundo audiovisual.
Como jinete, fue de los que viajaban en el mismo vagón que su caballo para competir por toda España. Fue también un gran amigo personal: cuando le tocó hacer la mili, su entorno logró que lo trasladaran al Hospital Militar en la Sierra de Guadarrama, donde residía y desde donde siguió montando y concursando.
Otra de sus facetas menos conocidas fue su papel como empresario audiovisual al frente de Savitel Media, siendo el fundador y presidente de la misma, desde donde también dejó huella en una de las primeras productoras de Andalucía. Cercano, entusiasta y siempre dispuesto a compartir una conversación en cualquier picadero o calle sevillana, Carlos Molina deja una huella imborrable en la historia reciente del caballo en Andalucía.

















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