Agua ilimitada, esteras de fibra y forraje adlib: Te explicamos la ciencia detrás de las tres reglas de oro de alimentación y por qué debes seguirlas para mantener a tu caballo feliz y con un sistema digestivo sano.
1. Proporcionar acceso sin restricciones al agua
Esta es quizás la regla más importante de todas, porque el cuerpo de un caballo es aproximadamente 80% agua.
Los caballos deben beber alrededor de 50 ml por kg en 24 horas; eso es alrededor de 25 litros por día para un caballo promedio de 500 kg.
La demanda de líquidos aumenta si un caballo ha estado sudando, está lactando o come heno seco.
La hierba fresca contiene humedad, por lo que puede parecer que los caballos beben menos después de pastar.
Los signos de deshidratación incluyen orina oscura que tiene un olor fuerte y encías rosadas/rojas oscuras que se sienten pegajosas y tardan más de dos segundos en volver a su color normal después de presionarlas.
2. Alimentar antes del ejercicio
La escuela de pensamiento solía ser que no deberíamos alimentar a un caballo antes de que lo hayan trabajado, pero en realidad, debido al revestimiento sensible del estómago, montar con la barriga vacía es una mala opción.
El ácido estomacal se produce en la mitad inferior (glandular) del estómago, que tiene un revestimiento protector grueso. Sin embargo, la parte superior (no glandular) del estómago no lo hace. Por lo tanto, un estómago vacío da como resultado que el ácido salpique y golpee la parte superior del estómago, con el riesgo de ulceración y molestias.
Alimentar al menos con un puñado de paja/heno antes del trabajo proporciona una estera de fibra para proteger el estómago.
Sin embargo, no alimentes concentrados antes del ejercicio, debido al riesgo de cólico.
3. Alimentar con forraje libre
Los caballos están diseñados para pastar continuamente y, como herbívoros, requieren una dieta rica en fibra.
Los que viven fuera 24/7 dedican el 75% de su tiempo a comer, lo que equivale a 18 horas al día.
Cuando están en el establo, las redes de heno de agujeros pequeños pueden prolongar el tiempo de comer para evitar largos períodos sin comida.
Proporcionar dos fuentes de forraje, tal vez heno en el suelo y una red de heno, resuelve el problema de no restringir la ingesta de forraje y garantizar que su suministro dure más.
Los caballos son fermentadores del intestino posterior, ya que su intestino posterior es clave para la digestión. Es por eso que sus dietas deben ser al menos un 50% de fibra de buena calidad.
La fibra larga también fomenta la masticación, lo que a su vez crea saliva. La saliva es importante para la digestión y también es un amortiguador de pH natural para el ácido estomacal.
0 comentarios