En Alemania, había una vez un niño de 14 años que comenzó su servicio en el Warendorf Landgestüt, un famoso centro de cría de caballos. El escenario donde el joven demostraría su talento innato para la equitación sería este lugar, conocido por su excelente formación de jinetes.

El señor Bresges, jefe del puesto estatal en ese momento, se dio cuenta de las habilidades extraordinarias del niño. Bresges, un hombre con un agudo sentido para detectar el potencial en los jinetes jóvenes vio cómo el niño montaba con una destreza y comprensión que rara vez se veían a tan temprana edad. Así fue como, a finales de los años 50, el joven jinete fue enviado a Viena, para entrenarse en la Escuela Española de Equitación.

Al regresar de su capacitación en la Escuela Española de Equitación, el joven jinete recibió la asignación de un honorable semental llamado “Radezky”. El joven jinete logró alcanzar el nivel de Gran Premio junto a este caballo. A pesar de su gran habilidad y talento, el binomio se encontró con una gran restricción: en esa época, las normas establecían que los caballos estatales no podían participar en concursos. La pareja no podía competir oficialmente debido a esta prohibición estricta y sin excepciones.

Este jinete se hizo famoso no solo por sus habilidades, sino también por cómo trataba a los sementales con gran tranquilidad, respeto y confianza.

Al retirarse, este jinete dedicó su tiempo a un trabajo que lo llenaba de orgullo y satisfacción: supervisar las primeras clases de equitación de sus nietos. Como un buen abuelo, les enseñó todo su conocimiento, y los guio con la misma paciencia y sabiduría que lo habían caracterizado a lo largo de su vida. El nombre de ese abuelo, cuya influencia sigue viva en cada logro de su familia, era Franz Kukuk.

Al alcanzar el más alto honor en el ámbito ecuestre con una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, su nieto Christian Kukuk ha realizado el sueño que a su abuelo nunca se le permitió cumplir. El caballo con el que Christian logró esta hazaña es “Checker 47”. En la novena generación de los orígenes de este caballo se encuentra un semental llamado “Radetzky”, el mismo caballo que su abuelo montaba.