El 4 de noviembre 2021, para todos lo que queríamos a José Serrano Melero, cambió la vida.

He querido hacer memoria para dilucidar desde cuándo nos conocíamos, pero me resulta imposible. Desde antaño, mis recuerdos hípicos van de su mano… El último año que mi hermana Mireya corrió ponis, mítica es nuestra actuación en el bar del Sek cual Manolo Caracol y Lola Flores, cantando «Pena, penita», Pineda era siempre de nuestros planes favoritos, entre «Astolfos» y los «Bidonsss», como él decía. No he vuelto al concurso de Ciudad Real, porque dudo que sea superable aquel en el que me llevó a la feria y bailamos caseta por caseta. En Montenmedio nos ganábamos a todo el mundo, bien enseñando sus vídeos de los caballos en la piscina, bien contando nuestras batallitas. Él fue quien me metió ahí a trabajar, algo que yo anhelaba desde hacía tiempo. Cuántas anécdotas me vienen a la m

Qué bien lo pasamos en Equital (Alicante) cuando llegó a traernos a Lareica, yegua que le vendió a Perico Sánchez Alemán por una apuesta. Lareica, con casi 30 años, sigue viva y criando en Valle de Olid, pero Pepe se fue mucho antes de lo esperado. En mi cumpleaños 2020, su hijo Manuel (para mi Pepe y para mi, Súper Manuel), me llamó desde Gijón y me dio la peor de las noticias: «a mi padre le dolía mucho la cabeza, hemos venido al hospital y le han detectado un tumor». No podía ser, ¿cómo iba la vida a darnos ese palo? Lo complicado del asunto fue que no era un tumor, eran dos.. Uno no se pudo extirpar y mi Pepe lo luchó como un jabato.

En octubre de ese mismo año, Súper Manuel ganó el Gran Premio del CSN 4* de Sevilla y aún recuerdo la felicidad de mi Pepe, fue un sentimiento generalizado la alegría que a todos nos generaba este triunfo especialmente por él. Llegó a decir «es uno de los días más felices de mi vida». A partir de ahí, empezó su tratamiento, y siempre de la mano de Sùper Manuel.

El 4 de noviembre 2021 llegó la noticia que esperábamos, pero no por ello fue menos dolorosa, falleció mi Pepe con solamente 49 años. Al igual que él, soy una persona creyente, pero no entiendo por qué Dios nos da a veces palos tan injustos. Quiero pensar que es porque se lleva a los mejores, para que nos ayuden desde el cielo. No tengo pruebas, pero tampoco dudas, de que Pepe está conmigo día y noche, ayudándome en cada paso que doy en la vida. A él y a mi abuela los llevo locos, ¡pobrecitos!

Por la vida nos pasa mucha gente cerca, pero son pocos los que realmente merecen la pena y los que se quedan hasta el final. Con mi Pepe tengo las mejores charlas en el recuerdo, las risas más inigualables, las confesiones más privadas y, en definitiva, el sentido de la amistad en mayúscula. Muy agradecida con Súper Manuel, que en los últimos meses de vida de mi Pepe, siempre que podía me llamaba para que hablase con él.

Me emociona cuando cualquier amigo o conocido del mundo hípico me dice «tu Pepe», porque sí, era, es y será mi Pepe.

Nadie muere si se le recuerda, y yo a mi Pepe lo tengo presente a diario. De este mazazo que nos dio la vida, solamente me queda aprender que no se sabe qué depara el mañana, por lo que hay que vivir la vida al 300% como él hacía. También tengo claro que hay que dejar un bonito recuerdo, un sello que perdure. En esas estoy, viviendo mi sueño, acordándome de mi Pepe y exprimiendo la vida al máximo.

Shelly Ramírez Pino

Vídeo de mi Pepe con los caballos en la piscina: Pepe Serrano y familia – YouTube