La gimnasta estadounidense Simone Biles, múltiple campeona olímpica, ha decidido dar un giro a su rutina diaria y comenzar a tomar clases de equitación en unos establos cercanos a su nuevo hogar en Spring, Texas.
Tras más de dos años de espera para instalarse en la residencia que construyó junto a su marido, la atleta disfruta ahora de un entorno más tranquilo y de una afición diferente a la que la llevó a lo más alto del deporte mundial.
Aunque su nueva actividad la mantiene ocupada, Biles no ha cerrado del todo la puerta a un posible regreso a la competición en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Con un tono relajado, pero sin descartar nada, ha dejado entrever un “nunca digas nunca” ante sus seguidores.
La deportista también ha asegurado que estará presente en la cita olímpica, ya sea como competidora o como espectadora, aunque por el momento no ha concretado su rol.
Biles reconoce que la exigencia del entrenamiento de élite ha supuesto un gran desgaste físico y emocional, por lo que sus decisiones actuales buscan equilibrar su recuperación con la vida familiar.
Mientras tanto, disfruta de momentos de calma a caballo, cambiando la barra de equilibrio por la compañía de los equinos y explorando una faceta personal que le brinda serenidad y nuevas motivaciones.

















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