Un test de esfuerzo es una herramienta utilizada para analizar la condición física del caballo. Es decir, a través de este test, podemos ver si el estado físico del caballo es el adecuado para los objetivos técnicos planteados.
Este tipo de prueba es realizada por un veterinario. Antes de empezar, el veterinario se asegura de que el caballo está sano y puede hacer el test.
La prueba consiste en medir la frecuencia cardíaca y los niveles de lactato en sangre. Los test más frecuentes implican someter al caballo a diferentes niveles de esfuerzo, aumentando la intensidad de forma progresiva.
Los resultados dependerán de la forma física del caballo. El veterinario se encargará de analizar los resultados y de indicar en qué momento debe finalizar el test.
Realizar un test de esfuerzo, siempre que el caballo esté en condiciones óptimas de salud, es fundamental para conocer su estado físico, poder fijar unos objetivos claros y establecer un plan deportivo individualizado.
De esta manera se contribuye a mejorar su forma física de manera planificada y con datos numéricos reales, optimizando los resultados en competición y ayudando a prevenir lesiones.
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