La Federación Ecuestre Internacional está revisando su normativa en la disciplina de Salto y ha publicado un primer borrador con varias reformas significativas, impulsadas por federaciones y otras instituciones u organizaciones.
En este sentido, el IJRC propone diferenciar entre microlesiones accidentales y casos evidentes de mala praxis. Las primeras, certificadas por un veterinario, recibirían una clasificación de “no clasificado” en lugar de eliminación inmediata. En caso de reincidencias, se establecerían sanciones progresivas: una advertencia inicial, tarjeta amarilla en una segunda y sanciones graves en la tercera.
En este sentido, las instituciones de Suecia e Irlanda piden que sólo se aplique sanción si la sangre es causada por espuelas o látigo, descartando lesiones derivadas de contacto con los obstáculos.
La FEI, por su parte, acepta que las pequeñas heridas naturales —por ejemplo, picaduras o mordeduras— no detengan obligatoriamente la competición si la hemorragia cesa; aunque contemplan advertencias formales y, ante la segunda infracción en un año, sanciones de hasta CHF 1 000 y suspensión de un mes.
Por otro lado, British Equestrian ha propuesto sustituir el látigo tradicional por uno acolchado, ya de uso obligatorio en competiciones nacionales desde 2022, periodo que ha coincidido con la desaparición de marcas de sangre en los caballos.
La FEI plantea separar las normativas sobre equipamiento y látigo del reglamento general para permitir mayor flexibilidad en futuras modificaciones.
Los interesados pueden presentar comentarios hasta el 26 de agosto, antes de que la versión definitiva se publique en octubre y sea votada el 7 de noviembre en la Asamblea General de la FEI.

















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