Los entrenadores nacionales de Alemania, Monica Theodorescu y Otto Becker, suelen permanecer en un discreto segundo plano mientras los jinetes y caballos acaparan la atención en los concursos. Sin embargo, su papel ha sido decisivo en los logros del deporte ecuestre alemán.
En el nuevo episodio del CHIO Aachen Podcast, ambos toman el protagonismo y ofrecen una mirada poco habitual a su trayectoria, su forma de trabajar y su vida personal.
Theodorescu, antigua amazona de Doma Clásica con un extenso palmarés, lleva trece años como seleccionadora nacional en esta disciplina. Becker, por su parte, fue un exitoso jinete de salto y acumula dieciséis años como entrenador nacional de Salto de Obstáculos. Su experiencia y estabilidad al frente del equipo los han convertido en figuras clave en la historia reciente del deporte ecuestre alemán.
En el podcast, ambos explican que, pese a las exigencias del cargo, pocas cosas logran desestabilizarlos. Se consideran personas tranquilas y reflexivas, un rasgo que comparten desde sus años como jinetes jóvenes, cuando ya se conocían. En un trabajo donde las decisiones se suceden a diario —permisos de salida, conversaciones con los jinetes, evaluación de opciones— la transparencia y la empatía son herramientas fundamentales.
Becker destaca la necesidad de mantener los principios, la confianza y la autenticidad. Theodorescu subraya la importancia de la modestia: afirma que no se trata de ella, sino de los jinetes y los caballos. Ambos se describen como “prestadores de servicios” disponibles las veinticuatro horas del día.
Su dedicación total al deporte implica que conceptos como fines de semana libres, vacaciones de verano o horarios regulares les resultan ajenos. Esa intensa dedicación, según cuentan con humor la propia Theodorescu, de 62 años, y Becker, de 66, les ha mantenido alejados incluso de la típica crisis de la mediana edad: “Viajamos tanto que no me imagino tener tiempo para eso”, comenta ella entre risas.
El camino de Theodorescu hacia la equitación estuvo marcado por su familia, que le proporcionó condiciones idóneas para una carrera brillante. “Soy hija única; mimada, quizá, pero no consentida”, aclara. Becker, en cambio, creció como único heredero de una familia de viticultores y estaba llamado a dirigir el negocio. Finalmente eligió la equitación, aunque nunca se ha desvinculado del mundo vinícola: “Sigue habiendo una gran responsabilidad ahí”, reconoce.
El episodio también aborda temas más personales: de qué hablan Becker y sus jinetes cuando la conversación no gira en torno a los caballos, o cuáles son las aficiones de Theodorescu fuera del deporte. Todas estas perspectivas forman parte de la primera entrega de un especial de dos episodios del CHIO Aachen Podcast, disponible ya en las plataformas habituales.

















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