La naturaleza es sabia y cuando creó el caballo le dotó de unos cascos aptos para el desgaste normal ocasionado por pisar sobre la hierba y terreno blando; pero no para arrastrar grandes pesos, ni caminar o galopar sobre suelos empedrados u hormigonados fabricados por el hombre. Es en este caso donde las herraduras cobran importancia y nos ayudan a cuidar y a evitar el desgaste excesivo. Si no utilizáramos herraduras, definitivamente no quedaría casco.
Históricamente los modelos de herraduras se han multiplicado. Tenían nombres como : hechiza, cordobesa, boca de cántaro, de media luna, italiana…, no siempre con una utilidad acreditada y algunas de ellas, hasta perjudiciales. Actualmente, en el mercado existen numerosas marcas, modelos y tamaños de herraduras, de hierro, aluminio, de plástico, revestidas de goma… todas ellas las podrás encontrar en Lupa Ibérica. Las más comunes son las de hierro, pero lo importante es determinar que herradura es la más adecuada para nuestro caballo de acuerdo al ejemplar que es y la función que cumple.
Fabricar herraduras no es sencillo. La herradura del caballo es una pieza plana de hierro más o menos redondeada por la parte de delante. Está compuesta de : los vuelos, la lumbre, los callos, la tabla y la luz o puerta. Los vuelos, son las partes laterales exteriores de la herradura, van desde las claveras de delante hasta las de atrás. La lumbre, es la parte delantera redondeada. Los callos, son las partes que empiezan en los extremos de los vuelos de la herradura, desde la última clavera hasta el talón. La tabla, es la parte llana que se asienta sobre la tapa del casco del caballo. La luz o puerta, es el hueco que forma todo el borde interior de la herradura.
Herraduras delanteras y traseras
Teniendo en cuenta la anatomía del caballo, las herraduras para los miembros anteriores y posteriores tienen bastantes diferencias en cuanto a su forma. Las anteriores tienden a ser mas redondeadas y las posteriores de una forma mas semi – triangular. Las herraduras fabricadas para ponerlas en el lado derecho no sirven para el izquierdo; tanto en los miembros anteriores como en los posteriores, no son iguales. Algunos modelos incorporan pestañas en la lumbre y los laterales. Las pestañas ayudan a la fijación y permanencia de la herradura una vez colocada. Otros modelos incorporan ramplones. El ramplón, es la vuelta que se da hacia abajo en el fin de los callos de la misma herradura, principalmente para levantar el talón.
Las herraduras de manos se diferencian de las de los pies en que las primeras tienen claveras delante y no detrás, cerca del talón; las de pies tienen las claveras más próximas al talón. Esto es así porque las manos tienen más fortaleza delante que atrás y los pies tienen más en el talón que en la punta. Las claveras son los agujeros por donde han de entrar los clavos que sujetan la herradura. Deben estar hechas al tamaño de la espiga del clavo. Cuando la clavera es más ancha, con el esfuerzo y peso del caballo al andar, el clavo se mueve dentro de ella, lo que propiciará que agrande los orificios hechos en el casco y que finalmente la herradura se caiga. Los clavos deben ser delgados de cuerpo y rectangulares; no redondos, ni cuadrados. Así el orificio que abren en la tapa será siempre pequeño.
Las herraduras de acero deben facilitar al herrador su colocación tanto en frío como en caliente, eso se consigue utilizando herraduras de un suministrador y fabricante acreditados. LUPA lleva muchos años como suministrador de herraduras, clavos y útiles para el herrador.
Por último, una reiterada recomendación : mas vale prevenir, que curar. Si quieres conservar en buen estado los cascos de tu caballo, lo primero será contratar un buen herrador y seguir los consejos de éste.
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