Carmen Bernal comenzó su travesía en el mundo del caballo en 2017 junto a sus hermanos Martina e Ismael. La familia, originaria de Arcos de la Frontera, se trasladó a Jerez, pero mantenía fuertes vínculos con su lugar de origen. El hijo de un amigo de su padre, Curro Calderón, fue fundamental en este inicio, invitando a la familia a su picadero en Arcos.

Desde joven, Carmen mostró un interés particular por los caballos. Su padre, dedicado al mundo de la vaquera, siempre había tenido caballos, y decidió llevar a sus hijos a montar al picadero de Curro. Inicialmente, las sesiones eran semanales, y pronto quedó claro que Carmen tenía una afinidad especial con estos animales.

Comenzó a recibir clases individuales con la profesora Alejandra, mientras que sus hermanos se fueron distanciando de la actividad. Carmen, en cambio, continuó profundizando su pasión por la equitación. La llegada de Isabel Gómez, una amazona aficionada de salto, marcó un punto de inflexión en su trayectoria. Isabel notó el talento de Carmen y la introdujo en la disciplina del salto.

A pesar de que la familia no tenía experiencia previa en esta disciplina, apoyaron a Carmen. Bajo la guía de Isabel, Carmen comenzó a competir y demostrar su destreza. Su primera yegua de salto, «Bonita», fue el inicio de sus éxitos en competencias territoriales.

La evolución de Carmen en este deporte la llevó a conocer a Antonio Niño, quien se convirtió en su entrenador. Con su ayuda, Carmen participó en su primer Campeonato de Andalucía, donde obtuvo el segundo lugar con su caballo «Ipanema», un logro significativo para su corta edad.

La dedicación de Carmen y el apoyo de su familia han sido constantes. Lo que comenzó como un hobby se ha transformado en una seria carrera deportiva que sus padres quieren que disfrute. Actualmente, Carmen continúa entrenando intensivamente, participando en competiciones y disfrutando de su pasión por los caballos. Aunque todavía es muy joven, su compromiso y amor por la equitación prometen un futuro brillante en este deporte.