Las pasarelas de la primavera 2025 han dejado claro que el universo ecuestre sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para la moda. Esta temporada, los diseñadores han reinterpretado la estética clásica del mundo hípico con una visión fresca y contemporánea, fusionando elegancia y funcionalidad en prendas que capturan tanto la esencia del campo como la sofisticación de los grandes circuitos de competición.

Las chaquetas estructuradas, de cortes impecables, evocan las casacas de los jinetes, pero con tejidos más ligeros y detalles innovadores, como cinturones marcados y cierres asimétricos. Los pantalones de montar, con su característica silueta ajustada y refuerzos estratégicos, han sido reinventados en versiones más versátiles, empleando materiales como lino y algodón para ofrecer comodidad sin perder refinamiento. Las botas altas, imprescindibles en cualquier vestuario ecuestre, evolucionan con nuevas texturas y colores, dejando atrás los clásicos tonos tierra y negro para dar paso a versiones en blanco roto, azul marino e incluso acabados metalizados.

Más allá de la indumentaria, los accesorios también beben de la tradición hípica. Cinturones de cuero con hebillas ornamentadas, boinas y guantes de piel fina dominan las propuestas de las grandes firmas, aportando un toque de distinción a conjuntos que combinan lo clásico con lo moderno. Incluso la joyería encuentra en la hípica una clara fuente de inspiración, con colgantes en forma de estribo, pulseras que evocan riendas y broches con diseños de herraduras, piezas sutiles pero cargadas de significado.

La paleta de colores permanece fiel a los tonos naturales, con una predominancia de beige, camel, verde oliva y azul profundo, aunque con destellos vibrantes que aportan un aire contemporáneo. La combinación de lujo discreto y practicidad funcional da como resultado una propuesta equilibrada, perfecta tanto para el asfalto como para un paseo entre caballos.

-Redacción por Cristina Prado-