Los caballos, igual que las personas, disfrutan de sus mejores condiciones físicas durante unos años determinados.
Los equinos se consideran potros hasta los 5-6 años de edad, que es cuando se completa su desarrollo óseo, y empiezan a considerarse viejos a partir de los 20 años aproximadamente. Su momento de máximo rendimiento se sitúa entre los 12 y los 16 años, que serían los de su juventud.
En el mundo de la competición, suele haber una categoría de caballos jóvenes para equinos de 4-7 años, en función de la disciplina. Esto se debe a que un caballo joven no puede tener las mismas condiciones físicas —en cuanto a musculación, equilibrio, flexibilidad y potencia— que un caballo totalmente desarrollado y que ya se ha podido entrenar al máximo nivel. Así, en los concursos es habitual encontrar pruebas para caballos de 4 años, 5 años, 6 años, 7 años o más de 8 años. Esta división por edad varía en función de la disciplina y se corresponde con las capacidades físicas que puede tener un caballo a cada edad para realizar determinados ejercicios.
Por otra parte, en los grandes premios, solemos ver caballos de 8-14 años que se encuentran en su momento de esplendor físico y mental para soportar la carga de una competición exigente sin lesionarse ni caer en comportamientos propios de un caballo joven, que tiene menos tolerancia a la presión mental.
Foto: Philippe Oursel
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