El WEC Ocala Summer Series cerró su última semana de competición internacional (del 5 al 10 de agosto) con un CSI3* en el que el jinete Juan Manuel Gallego decidió dejar a un lado la pista para centrarse por completo en su papel de entrenador. Una faceta que, como él mismo reconoce, le llena tanto como la de competidor.
“Esta semana estuve solo acompañando a Wilton y Andressa. Lo mejor de esto es que te puedes enfocar y dedicarte al 100% a ellos”, cuenta Gallego, que vivió de primera mano la evolución y los resultados de sus alumnos.
El balance deportivo fue positivo. Andressa Quadros completó una semana muy regular, sin derribos y con una buena participación en el Gran Premio: “En el GP tuvo un derribo y algo de tiempo, pero terminó una gira de verano en ascenso”, explica.
Por su parte, Wilton Porter firmó un sexto puesto en el Gran Premio, confirmando la regularidad que ha mostrado a lo largo de todo el circuito. “Wilton estuvo muy bien en el GP, y confirmó su excelente regularidad durante toda la gira. Creo que cada binomio tiene su propio plan y proceso; lo importante es que cada uno cumpla con los objetivos trazados”, añade su entrenador.
En un tour tan largo como el del WEC, la preparación está más enfocada en mantener que en construir. “Las semanas previas no hay mucha preparación, eso ya se hizo antes de comenzar el verano. Solamente trabajamos en mantener los caballos con buena salud, motivados y hacer el plan correcto, saber cuándo saltar más bajo o más grande, pensando siempre en sacar lo mejor de cada binomio”.
La capacidad de adaptación a cada jinete es importante. Aunque Gallego prefiere no repetirse, concreta que la base está en diseñar un plan individual para cada binomio, respetando sus tiempos y necesidades.
Los Grandes Premios siempre suponen una dificultad añadida. Los nervios están ahí, tanto en el jinete como en el caballo. Gallego lo sabe bien y por eso busca herramientas para ayudar a sus alumnos.
“Siempre recomiendo trabajar con un coach mental. Pero como rutina, siempre montamos antes de la prueba: de esa manera jinete y caballo se relajan un poco y entramos en modo competencia”.
Su experiencia como jinete de alto nivel es un recurso que Gallego transmite a sus alumnos. “Trato de hacerlos conscientes de que todo proceso lleva su tiempo, es individual y que al alto nivel se llega con mucho trabajo y paciencia”.
La relación de Juan Manuel con sus alumnos no termina solo en la competición. “Con mis alumnos tengo una relación cercana, hay mucho respeto y todos sabemos cuándo estamos entrando y compitiendo”, afirma. Esa conexión fortalece también el rendimiento deportivo y el ambiente del equipo.
Para Juancho, ser entrenador es acompañar, guiar y formar con la misma pasión que demuestra cada vez que él mismo compite.

















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