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Fiebre del barro: causas, síntomas y prevención

por 2 Ene 2025General0 Comentarios

La fiebre del barro, también conocida como dermatitis podal o síndrome de la humedad, es una afección cutánea frecuente en los caballos que afecta principalmente a la piel de las extremidades. Aunque su nombre sugiere una relación directa con el barro, esta condición tiene causas multifactoriales y puede volverse grave si no se trata de manera adecuada.

Esta enfermedad ocurre cuando la piel de las extremidades está expuesta de forma prolongada a humedad, suciedad o agentes irritantes, debilitando la barrera cutánea y facilitando la entrada de bacterias, hongos o incluso parásitos. Las zonas húmedas y fangosas, comunes en otoño e invierno, proporcionan el entorno ideal para el desarrollo de estas infecciones. Factores como el barro acumulado, heridas pequeñas o piel sensible aumentan significativamente el riesgo de padecer esta condición.

Los síntomas incluyen inflamación, enrojecimiento, formación de costras y, en algunos casos, pérdida de pelo en la zona afectada. Los caballos pueden mostrar molestias o dolor al caminar, especialmente si la infección progresa hacia las capas más profundas de la piel. En los casos más graves, la fiebre del barro puede causar cojeras severas y complicaciones secundarias.

El tratamiento debe iniciarse con la limpieza cuidadosa de las extremidades para eliminar barro y costras sin dañar más la piel. Mantener las patas secas es fundamental, complementando con la aplicación de ungüentos o cremas antibacterianas y antifúngicas bajo supervisión veterinaria. En casos avanzados, puede requerirse el uso de antibióticos sistémicos o antiinflamatorios para controlar la infección y el dolor.

La prevención es la mejor estrategia contra esta afección. Entre las medidas clave están:

  • Limitar la exposición al barro.
  • Proporcionar áreas secas y limpias para el descanso.
  • Inspeccionar regularmente las extremidades del caballo.
  • Mantener un cuidado adecuado del pelaje.
  • Utilizar protectores o vendas impermeables durante períodos prolongados de humedad.

Aunque la fiebre del barro es común, con una gestión adecuada del entorno y un cuidado preventivo regular, es posible reducir drásticamente su incidencia, garantizando la salud y el bienestar de los caballos.

-Redacción por Cristina Prado-

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