La equitación va más allá de montar a caballo; requiere un compromiso integral con el bienestar equino, que abarca el cuidado del equipo, ya que mantenerlo en óptimas condiciones no solo prolonga su vida útil, sino que también previene posibles lesiones tanto para el jinete como para el caballo. Elementos esenciales como las sillas de montar, la cabezada, el sudadero y otros accesorios sufren un desgaste constante debido al uso, el sudor del caballo y las condiciones ambientales.
La cabezada
Para una limpieza exhaustiva de la cabezada, lo ideal es desmontarla por completo. Esto permite inspeccionar minuciosamente cada pieza y asegurar una limpieza eficaz. Presta especial atención a las costuras y a las zonas que entran en contacto con la boca del caballo, buscando signos de desgaste que puedan causar heridas o molestias durante la monta. Una vez desmontada, limpia cada parte con jaboncillo y déjala secar al aire libre.
La montura
El proceso de limpieza de la montura comienza separando la cincha y las acciones. El cuidado posterior dependerá del material: las partes de cuero, al ser más delicadas, se limpian con jaboncillo, mientras que las sintéticas pueden lavarse directamente con agua y jabón neutro. Se recomienda engrasar regularmente las partes de cuero que no están en contacto directo con el jinete durante la monta, para mantener su flexibilidad y prevenir grietas.
Protectores de trabajo y sudaderos
Los protectores de trabajo, al estar en contacto con el suelo, acumulan gran cantidad de suciedad. Para limpiarlos, lo más efectivo es utilizar agua a presión y luego dejarlos secar al aire libre. En cuanto al sudadero, al ser generalmente de algodón, se puede lavar en la lavadora después de retirar los pelos del caballo con un cepillo.
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