El nacimiento
Desde el principio, hubo algo especial en “Coco Chanel 23”. Y no fue solo que la potra nació con un giro de 45 grados en su hocico.
Desde que nació en mayo, la potrita tenía una energía vibrante, una dulzura y una fuerza que llamaban la atención. Si bien su desviación facial, conocida clínicamente como “wry nose”, le dificultaba mamar, ella siempre siguió intentándolo. Con una fosa nasal completamente cerrada, luchaba por respirar y aún así encontró fuerza para acariciar a su madre “Coco” y saludar alegremente a las personas que habían ayudado en su nacimiento.
Estaba claro que la potra no podría vivir una vida cómoda sin una intervención quirúrgica importante. Incluso si la operación iba bien, era extremadamente dificil que pudiera estar a la altura de su potencial como atleta equino. Todo esto no le importó a su dueño, Matt Morrison de “Morrison Racing”.
La decisión
Poco después de su llegada al mundo, el veterinario que ayudó en el nacimiento de “Coco Chanel 23” se puso en contacto con Morrison para alertarlo de la deformidad extrema de la potra. Incluso después de la posible intervención, no estaba claro si alguna vez podría tener una vida cómoda. El futuro de la potra estaba en manos de Morrison. Él sabía cuál era la respuesta general para este tipo de patología en un potro tan joven: «Dirían: ‘Lo mejor es eutanasiarlo'», dice Morrison.
Pero el no quería sacrificar a su potra. Su hija adolescente estuvo de acuerdo, diciendo que al menos tenían que darle una oportunidad.
«Había una guerrera en ella, no sabía que era anormal, sólo sabía que necesitaba alimentarse y era muy persistente», dice él. «Sin ese espíritu de lucha, probablemente no habría sobrevivido al primer fin de semana».
Viendo su carácter, los Morrison le dieron a su potra un apodo diferente: “Wry Not”.
La operación
Este es uno de los casos más graves de “wry nose” que un cirujano haya visto.
La potra fue enviada al Gran Hospital de animales del New Bolton Center de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania (Penn Vet), donde un equipo multidisciplinario de especialistas clínicos se estaba preparando para darle la oportunidad de tener una vida larga y saludable.
Los casos tan graves como la de “Wry Not”, no son comunes. El equipo quirúrgico de la potra, el Dr. Kyla Ortved, DACVS, DACVSMR y el Dr. José García-López, DACVS, DACVSMR, dicen que cada uno ha visto como máximo tres casos.
“Fue una desviación grave, la más extrema que jamás había visto», dice García López.
Antes de someterse al complejo y técnicamente exigente procedimiento reconstructivo, la potra fue estabilizada por primera vez por un equipo de medicina interna dirigido por el Dr. Michelle Abraham, DACVIM.
Debido a que la potra tuvo dificultades para mamar, una de las mayores preocupaciones fue la transferencia de la inmunidad pasiva: los potros deben consumir calostro de su yegua, comenzando dentro de las dos horas posteriores al nacimiento. Otro problema añadido: una ecografía de los pulmones de “Wry Not” mostró cambios leves consistentes con la neumonía por aspiración.
El equipo de Abraham instaló una sonda de alimentación que proporcionó calostro suplementario y plasma hiperinmunizado a “Wry Not”. También empezó a tomar antibióticos.
«Cualquier infección local podría tener efectos desastrosos en el resultado», dice Abraham. «La terapia con antibióticos y el apoyo nutricional continuo fueron importantes para que la potra pudiera superar sus desafíos iniciales».
Una nueva oportunidad
Antes de que los cirujanos pudieran trazar las mejores formas de avanzar, los médicos hicieron un escaneo del hocico de la potra utilizando el “OmniTom” de New Bolton Center; un escáner de tomografía computarizada móvil que ofrece imágenes de alta calidad en el punto de atención. También recogieron algo de sangre de su madre “Coco” para una transfusión que “Wry Not” podría necesitar para superar el procedimiento con éxito.
«No había mucho margen de error», recuerda García-López.
Pasarían tres horas antes de que finalmente se completara la operación de cambio de vida de la potra. Después de la cirugía, el equipo de atención de “Wry Not” estaba encantado de encontrar la potra «brillante» y capaz de mamar normalmente de “Coco”, así como de mordisquear algo de heno.
Final feliz
Todo el equipo de la UCIN que la ingresó y la mantuvo viva estaba pletórico: el anestesiólogo que manejó este difícil caso, el radiólogo, veterinarios, cirujanos, dentistas equinos y muchos otros especialistas como enfermeras, personal, residentes, pasantes y estudiantes veterinarios. En un caso complejo como este la implicación de todo el equipo es crucial.
Aunque la potra ahora tendrá una vida feliz y saludable, su nariz nunca estará perfectamente recta.
Ortved dice que el equipo bromea con cariño que, debido a la apariencia única de “Wry Not” , ella es «una potra que solo una madre podría amar».
«Y un cirujano», añade García López.
“Y mi hija y yo», termina Morrison.
Texto : Natalie Pompilio
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