En Molins de Rei, a pocos minutos de Barcelona, el centro Paddock Activo Collserola transforma la manera en que los jinetes aprenden a montar.

Su herramienta estrella no es un caballo real, sino Coco, un simulador ecuestre que reproduce los movimientos naturales del animal y permite centrarse por completo en el cuerpo del jinete.

Montar a Coco no consiste solo en mantener el equilibrio. Es una experiencia de autoconocimiento físico y mental. “La biomecánica del jinete no trata de corregir defectos, sino de entender cómo funciona tu cuerpo”, explican desde el centro.

Esa comprensión es la base del método que dirige Laura Heredia, especialista en biomecánica y conciencia corporal aplicada a la equitación.

El simulador Joker —nombre técnico de Coco— funciona con un sistema de resortes que se activa únicamente cuando el jinete genera los movimientos adecuados. A diferencia del caballo real, que tiende a compensar los desequilibrios del jinete, Coco revela cualquier bloqueo o falta de simetría en cuestión de segundos.

De este modo, se pueden detectar qué zonas del cuerpo se tensan, cuáles pierden movilidad o cómo su pelvis condiciona la fluidez del asiento.

“Cuando montas a caballo, es habitual que el animal compense tus desequilibrios, pero Coco no lo hace. Te muestra tus fallos para que seas capaz de resolverlos por ti mismo”, señalan desde Paddock Activo Collserola. El resultado es una enseñanza más consciente, donde cada ayuda nace del equilibrio y la coordinación, no de la fuerza.

Durante las clases —disponibles en sesiones individuales o en packs de cinco— se trabajan aspectos clave como la propiocepción, la coordinación, la conciencia postural y el tono muscular específico que requiere la equitación.

Más allá de la mejora técnica, las clases con Coco fomentan un tipo de equitación más respetuosa y consciente. Comprender el propio cuerpo significa también comprender mejor al caballo, evitar sobrecargas innecesarias y construir un binomio más armónico. “Permitimos que el cuerpo del jinete absorba el movimiento del caballo de forma cómoda, sutil y saludable. Eso es básico para lograr un buen binomio”, explican los responsables del centro.

Paddock Activo Collserola ofrece además formaciones y clinics itinerantes en distintas regiones de España con el objetivo de acercar la biomecánica del jinete a más centros ecuestres.

Así pues, se trata de un enfoque que no interfiere en el trabajo de los entrenadores, sino que lo complementa, mejorando la claridad y eficacia de las ayudas.

El simulador puede adquirirse también de forma particular o por escuelas interesadas en incorporar esta tecnología. Su uso, acompañado de la orientación adecuada que Paddock Activo Collserola facilita, permite entrenar todo el año sin depender del clima ni del caballo.

Sin lugar a duda, Paddock Activo Collserola ha logrado que la tecnología se ponga al servicio de la sensibilidad ecuestre.

Y es que gracias a Coco, los jinetes aprenden a escuchar su propio cuerpo, a entender el movimiento y a trasladar esa conciencia al caballo real. Porque, como afirman en el centro: “Cuando tu cuerpo fluye… tu caballo también”.