El desbrave es una etapa fundamental en la vida de un potro, ya que sienta las bases para su relación futura con los humanos y su desempeño en el mundo ecuestre. Este proceso, que consiste en enseñar al caballo joven a aceptar el manejo, la monta y la interacción humana, requiere paciencia, respeto y una técnica adecuada para garantizar el bienestar del animal y su desarrollo. Un desbrave bien ejecutado no solo facilita el aprendizaje posterior, sino que también ayuda al caballo a desarrollar confianza y seguridad en sí mismo.
El objetivo principal del desbrave es que el potro se habitúe a los estímulos básicos, como la colocación de la montura, la embocadura y el peso del jinete. Sin embargo, el enfoque debe ser siempre progresivo, asegurándose de que el animal entienda y asimile cada paso antes de avanzar. Forzar el proceso puede generar resistencias, miedos o comportamientos indeseados que dificultarán su manejo en el futuro.
Además, el desbrave no se limita a la doma física; también implica trabajar la mente del potro, acostumbrándolo a confiar en su entrenador y a responder de manera positiva a las órdenes. Un potro bien desbravado será más receptivo y equilibrado en las disciplinas que practique a lo largo de su vida.
Buen ejemplo de la importancia de desbrave es el centro ecuestre Villa Equus, dirigido por Beatriz Ferrer-Salat. Los profesionales de Villa Equus se encargan del desbrave de potros mediante técnicas naturales, y siempre respetando los tiempos de cada caballo de forma individual.
Por esta razón, desde Chacco Marketing recomendamos confiar en profesionales del sector que cuenten con una sólida experiencia, esto es, especialistas que no prioricen la rapidez o su propia economía, sino el bienestar del animal.
-Redacción por Cristina Prado-
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