En esta ocasión, profundizaremos en el término “bocado”, una de las piezas fundamentales de la cabezada de montar, utilizada como una de las herramientas para controlar y guiar al caballo durante el entrenamiento o la competición.
En términos generales, se trata de una pieza metálica que se coloca dentro de la boca del caballo, específicamente en el espacio interdental, donde no hay dientes. A través del bocado, el jinete transmite señales mediante las riendas, facilitando así una comunicación efectiva y el manejo del animal.
Existen numerosos tipos de bocados, que varían en diseño, grosor y función, adaptándose a las características específicas de cada caballo y a las distintas disciplinas ecuestres. A continuación, se describen algunos de los más utilizados:
– Bocado clásico: Especialmente empleado en la Doma Clásica, se utiliza junto con un filete articulado. Se caracteriza por su cañón con una curvatura central que actúa sobre el paladar, permitiendo cierta libertad para la lengua del caballo.
– Bocado vaquero: Específico para la Doma Vaquera, cuenta con una barra que une las patas laterales en su parte inferior, otorgándole mayor estabilidad sin dañar la dentadura del caballo. Suele estar pavonado, es decir, tratado con un óxido que lo protege de la corrosión y le proporciona un característico color oscuro.
– Bocado western: Se distingue por las formas curvas de sus barras laterales, que unen el hierro a la anilla portarienda. Este diseño facilita un control preciso y se adapta a las necesidades de esta disciplina.
– Bocado Pelham: Combina las acciones del filete y del bocado en una sola embocadura. El filete y la palanca se unen mediante una correa pequeña llamada convertidor, donde se colocan las riendas. Puede usarse con doble rienda, lo que requiere una mayor habilidad por parte del jinete.
Seleccionar el bocado adecuado para cada caballo es fundamental, teniendo en cuenta factores como la sensibilidad de su boca, su nivel de entrenamiento y la disciplina que se practica. Un bocado inadecuado o un uso incorrecto puede causar molestias, lesiones en la cavidad oral e incluso problemas de comportamiento.
Además, es esencial que el jinete tenga manos suaves y bien entrenadas para evitar una presión excesiva. Una manipulación incorrecta puede generar dolor y estrés en el caballo, afectando su rendimiento y bienestar.
En resumen, el bocado es una herramienta indispensable en la equitación, pero su uso debe ser consciente y adaptado a las necesidades específicas de cada caballo, priorizando siempre su comodidad y salud.
-Redacción por Cristina Prado-
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