El burdégano es un híbrido de caballo y burra o asna. Aunque se parece a la mula en muchos aspectos, difiere en tamaño, características y origen. Durante siglos, la hibridación de diferentes especies equinas ha sido una práctica común. Esta tradición incluye tanto a los burdéganos como a las mulas, cuyo objetivo es combinar las cualidades deseables de dos especies diferentes.

La crianza de burdéganos tiene una historia que se remonta a varias civilizaciones antiguas, donde ya se registraba el intercambio de diversas especies equinas. Los antiguos egipcios, griegos y romanos hibridaron caballos y burros para crear híbridos con rasgos de ambas especies. Esta tradición milenaria demuestra el interés y la habilidad de estas culturas para mejorar y diversificar las cualidades de sus animales de trabajo y transporte.

El burdégano generalmente es de menor tamaño que una mula y tiene una estructura que refleja más las características de un burro que de un caballo.

Su pelaje puede tener una combinación de rasgos de ambos progenitores. Los burdéganos son más pequeños que las mulas y tienen una cara alargada y delgada que se asemeja más a un equino.

A pesar de ser más cortas que las de la burra madre, sus orejas son más largas que las del caballo. Además, posee una cola peluda que parece la de los equinos.

Los órganos genitales de los burdéganos son notablemente desarrollados, y sus pezones o mamilas prepuciales son prominentes y largos.

Su piel es delgada y generalmente oscura. Conservan lengüetas cruciales y mechones en las extremidades delanteras y traseras, así como una raya dorsal distintiva.

También tienen cuatro espejuelos o castañas en cada uno de sus miembros, como los caballos.

Al igual que otros híbridos derivados del cruce entre especies diferentes, los burdéganos presentan una característica común: la esterilidad. Esta condición se debe a la discrepancia en el número de cromosomas entre las especies parentales. Los caballos tienen 64 cromosomas, mientras que los burros tienen 62.

Esta diferencia en el número cromosómico provoca dificultades durante la formación de células reproductivas, lo que impide la reproducción de los burdéganos.