¿Ya has comenzado a estornudar continuamente cuando vas a la hípica?
Montar a caballo cuando sufres de alergias puede ser todo un reto, especialmente especialmente durante la primavera, cuando el polen, el polvo y el pelo suelto de los caballos parecen «conspirar en tu contra».
Sin embargo, con algunos cuidados y hábitos, es posible disfrutar de la equitación sin que la alergia arruine la experiencia.
Lo primero es identificar a qué exactamente eres alérgico: no es lo mismo tener sensibilidad al pelo del caballo que al heno, al polvo de la cuadra o al polen del entorno.
Una recomendación útil es usar una mascarilla, especialmente durante la temporada de caída del pelo, lo que puede marcar una gran diferencia para evitar estornudos, lagrimeo o molestias respiratorias.
Además, es importante mantener limpios los textiles que se usan con frecuencia, como la mantilla, los guantes y el casco, ya que pueden acumular alérgenos.
Por último, cambiarse de ropa tras montar y ducharse al llegar a casa ayuda a eliminar cualquier resto que haya quedado en la piel o el cabello.
Lo más importante es consultar con un alergólogo para seguir el tratamiento adecuado, ya sea con antihistamínicos u otros medicamentos.
-Redacción por Cristina Prado-
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