En España, más del 50% de los matrimonios se divorcian, tomando cada integrante de la pareja su rumbo y teniendo la oportunidad de rehacer su vida.

El otro día, en una comida con unos amigos del mundo hípico, abordamos este tema y lo asemejamos al proceso electoral que atraviesa la hípica española actualmente. Hay gente que no se divorcia porque le da miedo el “qué dirán”, igual que hay gente que no dice públicamente a quién vota por miedo al mañana, según quien gobierne.

Pero además de los intereses políticos, hay una parte triste que ya abordé cuando empezó “la trama de París”, que es el punto al que están llegando las relaciones personales en todo este entuerto Luto en la RFHE por las listas de París de Salto de Obstáculos.

En cualquier entorno hípico en el que te sientes un rato, parece que claramente hay que decir de qué bando se es. Algo así como ser del Barca o del Madrid, y no se admiten las medias tintas. Las redes arden, la prensa no cesa (gracias, nunca soñé que hasta Iberdrola pusiera publicidad en mis artículos por tanto contenido que me dierais) y las posturas personales cada vez están más alejadas.

¿No es triste que gente que era “bestie” no se dirija la palabra por ser afín a candidatos opuestos?, ¿no es momento de parar y reflexionar un poquito?

Para los temas políticos, la solución está en el voto, y muchos de los que escriben, se quejan y patalean, o bien ni votaron pudiendo hacerlo, o pintan lo mismo que yo en un partido de Rugby. Qué pereza me da ya la gente que a día de hoy no ve un caballo ni de lejos, pero escribe y escribe idioteces en las redes -que todo lo aguantan-, buscando resucitar de su anonimato.

Ahora que el proceso va avanzando y que para marzo -como pronto, hacedme caso- tendremos presidente, es momento de actuar como los matrimonios divorciados coherentes: al principio patalea el dejado, después hay un distanciamiento y más adelante se pueden saludar y hasta tomar café en los concursos. La vida es muy corta para pasarla de morros y hay que hacer lo que esté en nuestra mano para hacerla feliz y bonita.

… y esa gente que hoy busca su minuto de gloria escribiendo cuatro idioteces es algo así como la amiga mala que le dice a la esposa dejada “que no se lleve al niño tu ex, no se lo dejes”. Gente venenosa y simple, que promueve el odio porque está amargada, y que después se dará contra la pared cuando vea el día de mañana que las aguas vuelven a su cauce y que ni estas elecciones pueden romper los lazos que genera el deporte hípico. Siempre lo he dicho, los caballos unen: Amistades que se vuelven familia, negocios que se generan gracias al día a día y muchas horas compartidas en cada concurso.

Repartir los amigos es difícil a priori, los cambios siempre dan miedo, pero no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante. Sí, esta “trama de París” ha “divorciado” a mucha gente, pero los amigos que lo son de verdad, retomarán el día de mañana. En la vida hay que tomar decisiones para poder ser feliz el día de mañana, y estas pasan por votar, pedir disculpas o tomar esas decisiones que tan difíciles se nos hacen, aún sabiendo que mejorarán tu futuro, cada uno que reflexione.

¿Por qué duran los matrimonios “antiguos”? Porque en aquel entonces, la gente aceptaba sus decisiones y tenia esa obligación moral de vivir con ellas el resto de su vida, pero hoy día no es así, por suerte, tenemos la ventaja del cambio evolutivo en la sociedad, que nos brinda una nueva libertad para modificar nuestras decisiones si con el tiempo han dejado de ser lo que creíamos mejor para nosotros. ¿Y por qué utilizo este símil? Porque en el mundo hípico, en esta batalla electoral, no hay veinteañeros impetuosos, sino gente ya con las ideas claras y la madurez que da la vida, pero que todavía se aferran a esa decisión que tomaron hace ya muchos años, sin plantearse cómo sería “cambiar de bando”.

Es por ello que invito a todos los lectores a que recapaciten, ¿Por qué tomaste esa decisión en ese preciso momento?, ¿Por qué la sigues tomando una y otra vez?, ¿Has pensado que quizá lo diferente puede ser mejor?. No temas al cambio, la naturaleza es evolución, el ser humano fue dotado con inteligencia y capacidad de raciocinio por alguna razón. Somos capaces de aprender del pasado, disfrutar el presente y mirar hacia el futuro, pero cada día, con un nuevo aprendizaje.

El reparto de los amigos es temporal en este eterno proceso electoral. Todos nos sentaremos en el Meeting Point de Montenmedio juntos, más pronto que tarde. Porque sí, Montenmedio es el mejor sitio del mundo, al que todos queremos ir y el que siempre será mi casa.

Que una decisión del pasado, no nos impida ser felices en el futuro.

Shelly Ramírez Pino