Atrapar a tu caballo cuando se escapa en cuanto detecta tu presencia puede resultar una tarea frustrante si no se abordan adecuadamente las causas de su comportamiento. Los caballos que evitan ser capturados generalmente han tenido experiencias negativas relacionadas con el proceso o, simplemente, han aprendido que pueden retrasar el momento del trabajo manteniéndose a distancia.
El primer paso para solucionar esta situación es cambiar la percepción que el caballo tiene sobre tu presencia. En lugar de caminar directamente hacia él con la intención de cogerlo, es recomendable entrar en el prado con calma y sin una intención evidente. Ignorarlo al principio y dedicar tiempo a moverte por la zona de manera relajada puede ayudar a reducir su desconfianza. Si el caballo se aleja, en lugar de seguirle, es mejor mantener la paciencia y observar su comportamiento sin apresurarse.
La confianza juega un papel clave en este proceso. Acercarse con movimientos suaves y un lenguaje corporal relajado transmite tranquilidad. A veces, simplemente estar en el mismo espacio que el caballo, sin exigirle nada, puede hacer que se sienta más cómodo con la presencia humana. También es útil llevar algún tipo de incentivo, como zanahorias o golosinas, que lo motive a acercarse de manera voluntaria.
Otra estrategia consiste en trabajar con él dentro del propio prado. En lugar de intentar capturarlo de inmediato, puedes realizar ejercicios que fomenten la conexión, como caminar en diferentes direcciones y permitir que la curiosidad del caballo le lleve a interactuar. Con el tiempo, aprenderá que acudir cuando se le llama no siempre significa trabajo, sino también momentos agradables.
Además, existen profesionales del sector que pueden brindarte indicaciones específicas sobre cómo proceder en estos casos, facilitándote la tarea de coger a tu caballo en el prado.
-Redacción por Cristina Prado-
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