La deshidratación en los caballos no solo afectará el rendimiento de un caballo, sino que también puede poner en peligro su vida. Los largos períodos de sequía y olas de calor se ven cada vez con más frecuencia, por lo que cuando ocurren, debemos tomar precauciones adicionales para mantener a los caballos en forma y con buena salud.
Evitar la deshidratación en los caballos
Ten agua fresca y limpia disponible en todo momento. Asegúrate de que tu caballo tiene acceso a agua también en las competiciones. Si a tu caballo no le gusta el sabor del agua cuando viajas, dale sabor con algo como zumo de manzana o añádele pienso o heno al agua para que le resulte más apetecible.
Para un caballo que no bebe bien, puede ser aconsejable darle heno debido a su mayor contenido de humedad. Esto proporciona agua al caballo y puede reducir el riesgo de cólicos. El heno empapado es una alternativa más barata.
Después de hacer ejercicio en un día caluroso, reduce las pérdidas de sudor refrescando completamente a tu caballo tan pronto como sea posible después del ejercicio. Una vez que el caballo deje de sudar, estará menos deshidratado. También es recomendable darle un aporte extra de electrolitos para ayudar a reemplazar las sales esenciales en el cuerpo tras la sudoración, o si es muy propenso a sudar, darle un suplemento diario de electrolitos.
En las competiciones de verano, trate de mantenerlo a la sombra siempre que sea posible. Tu caballo perderá agua sin que necesariamente puedas verlo.
Medición de la deshidratación en caballos
La prueba estándar de oro es tomar una muestra de sangre, ya que esto revelará el nivel de proteínas en el plasma y la proporción de glóbulos rojos en la sangre en comparación con el plasma. Sin embargo, hay otros indicadores de deshidratación más prácticos a los que puedes estar atento:
- Un caballo que produce orina oscura o que no ha orinado durante algún tiempo.
- La apariencia de las membranas mucosas: si están congestionadas y tienen un aspecto rojo, el caballo está deshidratado.
- Durante mucho tiempo se utilizó la prueba del pellizco cutáneo para evaluar los niveles de hidratación. La piel, generalmente sobre el cuello, se pellizca y el tiempo que tarda en volver a la normalidad se cuenta en segundos. Sin embargo, varios estudios recientes han demostrado que este no es un indicador particularmente bueno de deshidratación, por lo que no se debe confiar en él.
¿Por qué los caballos se deshidratan?
El caballo está altamente adaptado para perder calor a través del sudor y lo hace de manera más eficiente que cualquier otro animal. En el caballo de competición, el calor se disipa no solo a través del sudor, sino también mediante el aumento de la tasa de respiración. Ambos hacen que el caballo pierda agua.
El sudor equino es hipertónico, contiene más sales que fluidos corporales, lo que significa que un caballo que suda pierde más electrolitos que agua. Por lo general, un caballo de trabajo perderá entre 7 y 8 litros en una sesión de ejercicio, aunque la tasa de sudoración máxima medida para los caballos es de 15 litros por hora. La tasa varía según la temperatura, la luz solar, el nivel de forma física y el trabajo.
Ofrecer agua sola a un caballo deshidratado no lo rehidrata. En cambio, ducharlos diluye los fluidos corporales que rodean los tejidos, lo que a su vez “apaga” el mecanismo de la sed. Las mejores terapias de rehidratación incluyen el uso de preparaciones de electrolitos, ya sea en el alimento o en el agua, para estimular la bebida.
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