1. Condiciones del terreno (seco y duro o excesivamente húmedo)
El suelo mojado es aún peor que duro y seco, porque la pared del casco absorbe la humedad y permite que el casco se distorsione más fácilmente.
2. Estrés inmunológico
Los caballos pueden tener inflamación debido a problemas relacionados con el sistema inmunológico y el proceso inflamatorio en la banda coronaria (en la línea del pelo) puede crear condiciones anormales.
3. Estrés mecánico
Un casco que se agrieta puede ser debido a la fuerza transmitida desde el suelo hasta la superficie del suelo del pie, en la pared del casco y a través de las láminas. Los tejidos que unen la pared al hueso y la columna ósea.
4. Exceso de azúcar en la dieta
Este es el factor es el más común. El azúcar en la dieta debilita las conexiones dérmicas (láminas, que se extienden desde el hueso para entrelazarse con las láminas epidérmicas en el interior de la pared del casco), lo que conduce a que las láminas se ensanchen o se separen. También puede provocar laminitis. El estilo de vida sedentario y los carbohidratos no estructurales conducen a la obesidad, que además de los problemas en los cascos puede provocar resistencia a la insulina.
5. No reconocer la distorsión del casco
Por ejemplo, herrar para acomodar el ensanchamiento del casco en lugar de corregir el ensanchamiento y luego herrar el casco con la forma adecuada.
6. Cuidado de los cascos vencido
Esto implica cascos que no se recortan regularmente (los herradores deben revisar los caballos cada cuatro u ocho semanas) o herraduras que se han dejado puestas demasiado tiempo.
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