Se acerca el invierno y llega el momento de esquilar a los caballos.
A todos nos gusta el pelo corto y brillante que tienen los caballos en verano, y ojalá durara así todo el año, pero sabemos que eso no puede ser posible a no ser que nos vayamos a vivir a un país tropical en el que la diferencia entre verano e invierno sea solo el nombre del mes en el que estás.
El descenso de las temperaturas ya es más que notable, y el pelo de los caballos lo saben. Ya comienza a espesarse, a perder ese brillo veraniego y a cubrir un poco más la piel de nuestros animales para protegerlos del frío. Por eso, la primera pregunta es:
¿Cuándo esquilar a tu caballo?
En cuanto empieza a hacer un poco de frío y notas que el pelaje de tu caballo es más largo y denso, es el momento. El problema de que tenga mucho pelo, cuando son caballos de trabajo, es que sudan mucho más, y con las bajas temperaturas tardan más en secarse, lo que puede derivar en hongos o enfermedades en la piel al mantener la humedad y suciedad del sudor.
Esto mismo es aplicable a la ducha: si el caballo suda y se le da una ducha al terminar, por una parte es bueno porque eliminas el sudor y la suciedad, pero por otro lado puedes causar el mismo efecto que hemos mencionado antes: el tardar más en secarse y mantener la humedad durante tanto tiempo puede causar hongos o arestines en la piel del caballo.
Por eso, en cuanto comiencen a echar pelo, ya es el momento de esquilar. Es importante, cuando el caballo ya esté esquilado, ponerle una manta, especialmente por la noche (que es cuando más descienden las temperaturas) para que no pase frío pero, sobre todo, para evitar que le vuelva a crecer el pelo o, al menos, atrasar este hecho.
Tipos de esquilado
Ahora sí, entramos en materia. Las diferentes formas de esquilar a un caballo se podrían clasificar por el tipo o la intensidad del trabajo que realiza el animal:
Caballos de alto rendimiento
Esquilado completo
Un esquilado completo, como indica el nombre, es cuando se elimina todo el pelo del caballo, incluidas las patas, la cabeza y las orejas. Esto hace que el caballo se seque rápidamente después de un trabajo ya que se minimiza la sudoración. Como hemos dicho, es esencial poner una manta para asegurarse de que no pasa frío y suplir la falta de pelo que para ellos supone una protección natural.
Esquilado «de cazador»
El esquilado de cazador es otra útil para aquellos caballos con alta carga de trabajo. Se elimina todo el pelo menos en las piernas (la idea es que el pelo que queda en las piernas ayude a protegerlas del agua y el barro) y la zona de la montura ayuda a proteger el dorso de la silla de montar. De nuevo, este caballo necesitará una manta mientras no esté trabajando.
Caballos con trabajo medio
Esquilado de manta
Se deja pelo en las patas del caballo, como en el tipo anterior, pero en este caso se deja desde la cruz hasta la cola sin esquilar. Ambas son áreas que no son propensas a la sudoración y, por lo tanto, son útiles para aquellos que se trabajan regularmente, pero aún en un trabajo medio. Si salen durante el día, una manta con cuello sería la ideal. La cara se puede esquilar o dejar como está.
Esquilado de manta menos extenso
Muy similar al anterior pero, en este caso, dejando el pelo largo hasta las orejas para ayudar a mantener calientes los músculos en la parte superior del cuello. Es ideal para caballos que están en un trabajo medio y están fuera durante el día (en un paddock o campo). De esta manera, si la manta no les cubre el cuello, lo hará su pelo natural, pero esquilaremos la parte en la que hay más sudoración.
Caballos con poco trabajo
Esquilado de seguimiento
También similar al esquilado anterior, pero en este caso la zona esquilada se reduce ya que el caballo realiza poco trabajo y es menos probable que sude, o si lo hace, será en menores proporciones. Es ideal también para aquellos caballos que viven en el exterior.
Para este tipo de caballos, se puede adaptar el esquilado dependiendo de sus necesidades: ampliar la parte esquilada del cuello, de la barriga, o al contrario; esquilar únicamente la parte del cuello en la que suda y dejar el resto del cuerpo con pelo.
Como hemos comentado, es esencial ponerle una manta al caballo, del grosor que sea pertinente dependiendo del tipo de esquilado que le hayas hecho. Lo importante es que nuestros animales estén cómodos y contentos.
Ahora que ya sabes cómo esquilarlo, ¿sabes si tu montura es buena para tu caballo?
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