Elegir un buen entrenador es fundamental para garantizar una correcta preparación y, por ende, buenos resultados a la hora de competir.
El profesor es el encargado de la planificación del entrenamiento del binomio en cuestión. Debe hacer una evaluación inicial de ambos, haciendo un análisis retrospectivo para saber sus logros y entrenamientos anteriores, para después continuar con un análisis prospectivo que determine cuáles son las posibilidades de rendimiento y el alcance de los objetivos que se marquen.
El entrenador traza objetivos a corto, a medio y a largo plazo, catalogando éstos en objetivos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos. Los buenos resultados precisan de planifiación, constancia, conocimientos y buen manejo integral de la cuadra (Alimentación, herrajes, elección de pistas, selección de concursos..). Un buen entrenador es mucho más que la persona que marca los ejercicios, es también el coach que motiva y que vela porque todo el engranaje de la cuadra funcione de manera sobresaliente.
El potencial del entrenamiento dependerá de cada deportista y su caballo, así como de la dedicación que le vaya a dedicar a este deporte. Existen dos posibilidades de cambio sobre el rendimiento deportivo que son el aumento y la disminución, o una tercera opción, que sería que no se de ningún tipo de cambio.
El primer paso es trabajar con un buen entrenador. A partir de ahí, confiando en él, y siguiendo sus directrices, el progreso y el éxito han de llegar
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