Un caballo pensado para Salto y una amazona que no empezó en Doma hasta la treintena tras ser madre. Así, contra todo pronóstico, Pauline Basquin y Sertorius Rima Z IFCE se han convertido en uno de los binomios más sólidos de la élite europea.

Juntos han logrado dos Top 10 consecutivos en finales de la Copa del Mundo FEI y ayudaron a Francia a rozar el podio en los Juegos Olímpicos de París 2024. Ahora apuntan al Campeonato de Europa de Doma 2025 en Crozet, en casa, como pilares del equipo galo.

Basquin fue reclutada por el Cadre Noir como amazona de Salto y no se subió a un caballo de Doma hasta los 34 años. La maternidad la llevó a buscar una disciplina con menos viajes, y así comenzó un camino que la llevaría a Versalles 2024.

“De joven soñaba con ir a los Juegos, pero pensé que sería solo un sueño. Cambiar de disciplina lo hizo posible”, confiesa.

En 2018 conoció a Sertorius, un caballo destinado al Salto que, por ser “demasiado pequeño”, le cedieron temporalmente. Tres años después, cuando debía volver al equipo de Salto, Basquin ya no lo dejó ir: “Vi su potencial y dije: ‘Ni hablar, me lo quedo’”.

Siete años después, su vínculo es inquebrantable. Sertorius no es el mejor moviéndose ni el más fácil para reunir, pero según Basquin “su corazón y generosidad lo hacen mejor que muchos otros”.

Actualmente, 15ª del mundo, Basquin destaca cómo el trabajo del seleccionador Jean Morel y competir con la élite han hecho crecer al equipo francés: “Nos dimos cuenta de que no estábamos tan lejos como pensábamos. Eso nos dio confianza y ganas de superarnos”.

A pesar de sus éxitos internacionales y de victorias como la obtenida en Madrid en la Copa del Mundo 2024, Basquin mantiene su rutina en el Cadre Noir: competir, enseñar a futuros instructores y participar en sus espectáculos de gala.

Y siempre prioriza a su familia: “Organizo mi calendario para estar con mis hijos. Ese equilibrio es esencial para mí”.