CALOR Y CABALLOS: CÓMO COMBATIRLO
Calor y caballos: cómo combatirlo: El cuerpo del caballo está formado por un 65-75% de agua siendo el riñón el órgano más relevante, ayudando a mantener el equilibro hídrico que todo équido necesita. La temperatura del caballo aumenta a un ritmo superior que la nuestra, siendo más sensibles a cualquier cambio temporal por lo que, de estar en un ambiente cálido, el trabajo deberá ser moderado pues, de lo contrario, pueden producirse daños en la salud del caballo.
CALOR Y CABALLOS: LA DESHIDRATACIÓN
Para comprobar si hay deshidratación, podemos pellizcar el cuello para ver si la piel vuelve a su forma original. Otra forma de comprobarlo es mirar la mucosa oral, que debe estar rosada y húmeda. Si es de color rosa intenso, tenemos otro indicador de deshidratación. Otro signo de deshidratación es el color de la orina, que es más oscura en los humanos.
En cuanto a la respiración: un caballo normalmente respira 20 respiraciones por minuto, y cuando se sobrecalienta, la frecuencia respiratoria aumenta.
CÓMO EVITAR LA DESHIDRATACIÓN
Por otro lado, podemos añadir complementos alimenticios como rocas de sal o electrolitos. Si bien lo mejor es empezar a trabajar por la mañana o por la tarde para protegerlo del calor más intenso, también es recomendable que se acostumbre al calor poco a poco. Para ayudar a bajar su temperatura corporal, es necesario mantenerlo a la sombra y bañarlo con la mayor frecuencia posible.
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