La arcilla es un producto natural que se ha utilizado durante años en el cuidado de los caballos debido a sus propiedades beneficiosas. Su aplicación en las manos y los pies es especialmente útil para mantener estas zonas tan importantes en buen estado, contribuyendo al bienestar general del animal.

En estas áreas, la arcilla actúa proporcionando un efecto refrescante, especialmente después de un esfuerzo intenso. Su capacidad para absorber el calor ayuda en la recuperación del caballo tras la actividad física, favoreciendo la salud de tendones y ligamentos. Además, su uso puede aliviar pequeñas inflamaciones o molestias derivadas del trabajo diario.

La aplicación es sencilla: basta con extender una capa sobre la zona deseada y dejar que se seque. Algunas presentaciones incluyen ingredientes adicionales, como extractos de plantas o sales minerales, que potencian sus efectos. Dependiendo de las necesidades del caballo, se puede retirar con agua o dejar actuar durante más tiempo, siguiendo las indicaciones del producto.

El uso regular de la arcilla puede formar parte de una rutina de cuidados destinada a mantener al caballo en las mejores condiciones posibles. Tanto en competiciones como en entrenamientos, la arcilla sigue siendo muy valorada por su simplicidad y eficacia, ayudando al bienestar del animal sin recurrir a productos artificiales ni tratamientos invasivos.

-Redacción por Cristina Prado-