Uno de los aspectos más importantes cuando se monta a caballo es una buena colocación de las manos. Esta es una cuestión clave que repercute en gran medida en la comunicación con el caballo y el control sobre su cuerpo. A continuación, exponemos algunos consejos para lograr la postura adecuada.
Lo primero que debemos saber es la manera correcta de coger las riendas. Un buen método es imaginar que estamos sujetando un bocadillo: el dedo pulgar debe presionar las riendas sobre el puño para evitar que se alarguen y el dedo meñique debe quedar fuera de las riendas.
Una vez dominado el agarre, pasamos a la posición de las manos:
1. No debemos colocar las manos demasiado levantadas con respecto al cuello del caballo. La mejor opción es bajarlas y acercarlas a la cruz.
2. No es recomendable separar las manos, sino que deben situarse cerca en la posición inicial que describimos antes.
3. Las manos tampoco deben estar demasiado cerca de nuestro cuerpo. Es preferible adelantarlas y acercarlas a la cruz del caballo.
Es habitual que los jinetes y amazonas presenten una mezcla de estos tres fallos: manos muy arriba, separadas y cerca del cuerpo. Para evitarlo, lo ideal es relajarse, bajar las manos, acercarlas a la cruz del caballo y juntarlas.
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