Aspectos como la resistencia, la adaptabilidad o la inteligencia forman parte de las características que hacen que los caballos sean compañeros de los humanos desde tiempos inmemoriales.

Científicos equinos de la Universidad de Nottingham Trent han profundizado para obtener más información y comprender cómo estos adquieren el conocimiento y cuál es su manera de aprender.

Para ello, se realizó un estudio basado en el condicionamiento clásico, liderado por Carrie Ijichi y publicado en la revista científica Applied Animal Behaviour Science. Comprendió 3 etapas con dificultad progresiva y resultados sorprendentes. En la primera de ellas, el caballo sería gratificado con una golosina al tocar una tarjeta con la nariz. La segunda etapa, de mayor complejidad, requería que tocasen las tarjetas, pero no recibían golosina si alguna de ellas estaba encendida, obteniendo el premio solo si estaban todas las luces apagadas. En esta segunda etapa, los sujetos tuvieron más dificultades, tocando al azar las luces sin un claro propósito, pues a pesar de ello recibían frecuentes premios por sus respuestas correctas. Por último, en la tercera etapa se penalizaba con 10 segundos sin recompensa y sin jugar por cada respuesta errónea si tocaban las luces estando encendidas.

Sorprendió una rápida y repentina reducción del número de errores en la tercera etapa respecto a la segunda, lo cual cambió la perspectiva del estudio y llevó a pensar que los caballos habían entendido el juego todo el tiempo, pero en las etapas anteriores (primera y segunda) fallaban porque no les suponía una pérdida significativa de recompensas y no debían aplicar demasiado esfuerzo. Sin embargo, al observar la repentina mejoría en la última etapa, se teoriza que los caballos son capaces de usar una forma conocida como “aprendizaje basado en modelos”, a pesar de poseer una corteza prefrontal (área encargada de este tipo de tareas en humanos) muy poco desarrollada. Este hecho lleva a pensar que los caballos emplean otra área del cerebro para ejecutar este tipo de funciones superiores.

Por último, Louise Evans, investigadora de la Escuela de Ciencias Animales, Rurales y Ambientales de la universidad del estudio, comentó que “Los animales normalmente necesitan varias repeticiones de una tarea para adquirir nuevos conocimientos”, lo cual es diferente a los resultados de este pionero estudio, pues parece que los caballos conocían desde el principio “las reglas del juego”.