Un grupo de caballos rescatados del matadero han encontrado un nuevo propósito como conservadores medioambientales de un bosque en Cataluña. Estos animales, cuyo anterior destino era incierto y sombrío, ahora son cruciales para la prevención de incendios forestales.
Dos amigas durante la pandemia de 2020 salvaron a dos caballos cuyo destino era el matadero. Virgínia Tamayo salvó a “Yuraq”, un caballo cojo y de carácter difícil, cuyo destino era el matadero. Al mismo tiempo, su amiga Cristina Alier rescató a “Keanu”, un caballo con ataxia que tampoco podía ser montado y estaba destinado al sacrificio.
Con la ayuda de un viticultor en Olesa de Bonesvalls, en la región del Penedès, Virgínia y Cristina lograron obtener una finca forestal donde los animales podían vivir y trabajar. Los caballos comenzaron a limpiar el sotobosque, eliminando la vegetación inflamable que podría propagar incendios.
El proyecto Forest Horses, liderado por Tamayo y Alier, ha demostrado ser un modelo eficaz de gestión forestal sostenible. Bajo la supervisión de Gil, un experto en Ciencias Ambientales, los caballos se alimentan de plantas como carrizo, zarza morisca y coscoja, manteniendo el suelo limpio bajo los árboles. Este proceso no solo previene incendios, sino que también fomenta un buen ecosistema. Los excrementos de los caballos atraen insectos, que a su vez atraen aves y otros animales, creando un ciclo de biodiversidad beneficioso.
Ahora son siete caballos en el proyecto, y se han adaptado perfectamente a su nuevo entorno. Viven libremente en el bosque, y su presencia ayuda a mantener un equilibrio ecológico. El proyecto enfatiza que los caballos deben ser respetados y vivir en condiciones naturales, evitando que invadan cultivos o se acerquen a carreteras.
Tamayo y Alier esperan que su proyecto sea reconocido como una importante contribución a la gestión forestal. Subrayan el papel fundamental de la ganadería extensiva en la conservación del bosque y la prevención de incendios.
Este enfoque no solo ha salvado a estos caballos de un destino trágico, sino que también ha creado un modelo sostenible de gestión forestal que podría ser replicado en otras regiones.
Fotografía de las redes sociales del proyecto Forest Horses.
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